Guillermo Isidoro Larregui Ugarte fue un español que llegó a Argentina durante su adolescencia. Con 50 años, aceptó una apuesta y empezó a recorrer el país a pie.
Pocas historias argentinas se le parecen a la del Vasco de la Carretilla, oficialmente llamado Guillermo Isidoro Larregui Ugarte, que en el cierre de su vida realizó cuatro caminatas extremas a lo largo y ancho del país.
Ugarte nació en España y durante su adolescencia llegó a Argentina. Trabajó en diversos lugares y, a los 50 años, aceptó una apuesta que le cambió la vida.
Desde entonces, en cada rincón de Argentina, así como también del mundo, el aventurero es recordado como el Vasco de la Carretilla porque era oriundo del País Vasco y caminó en cuatro oportunidades nuestro territorio nacional, arrastrando una carretilla de 130 kilogramos.
Guillermo Isidoro Larregui Ugarte nació el 27 de noviembre de 1885 en Rochapea, Pamplona, Navarra, España. Tras completar sus estudios básicos, en 1900, con 15 años de edad, cruzó el océano Atlántico y llegó a Buenos Aires con la intención de comenzar una nueva vida.
Durante el cierre de su adolescencia y el comienzo de su adultez, Ugarte fue marino y luego se convirtió en peón de una petrolera patagónica, donde trabajó hasta 1935, año en el que comenzó su primer viaje.
Fue precisamente en este puesto de trabajo que surgió el proyecto de caminar por el país. Durante una reunión de colegas, uno de ellos le apostó que no sería capaz de viajar desde el paraje Cerro Bagual, Santa Cruz, hasta el corazón de la Ciudad de Buenos Aires. A continuación, el vasco le dijo que sí y su compañero le alcanzó una carretilla para que pueda colocar sus pertenencias durante la travesía.
Claramente el entorno laboral del español le aportó la idea y la carretilla a modo de broma, ya que nadie pensaba que una persona de bajos recursos y sin entrenamiento como Ugarte podría completar una hazaña de estas características. Pero, en la mente del español, sucedió todo lo contrario.
El 25 de marzo de 1935, Ugarte partió con su carretilla, ante una multitud, del paraje Cerro Bagual, ubicado a 120 kilómetros de Comandante Luis Piedra Buena, en la provincia de Santa Cruz y emprendió un extenso viaje hasta Buenos Aires.
Durante los primeros kilómetros, muchos colegas se acercaron en auto hasta los espacios de descanso del Vasco de la Carretilla, con la intención de detenerlo. Ellos consideraban que, debido a la distancia y las duras condiciones climáticas de la Patagonia, iba a perder la vida.
Y, aunque estuvo cerca de fallecer en más de una oportunidad, el español nunca abandonó su plan. Tras 14 meses, en los que tuvo contacto con muchas personas que le donaron comida y objetos como 31 pares de alpargatas (un calzado básico que utilizó para el viaje), el 23 de mayo de 1936 ingresó en el Gran Buenos Aires. En ese momento ya era toda una celebridad.
Cuando el Vasco de la Carretilla llegó a Buenos Aires, periodistas de múltiples medios de comunicación, personalidades famosas y hasta políticos de renombre lo recibieron con euforia. Nadie podía creer que caminó más de 3.000 kilómetros y que gran parte de la travesía fue sobre tierras desoladas de la Patagonia.
Aunque muchas personas imaginan que luego de un viaje tan duro y ante la fama alcanzada, el Vasco de la Carretilla dedicó el resto de su vida a descansar, sucedió todo lo contrario: organizó otras tres caminatas extremas:
Al ingresar en este maravilloso paisaje de Misiones, el Vasco de la Carretilla anunció su “retiro deportivo” y señaló que permanecería en Iguazú, como guía turístico.
Debido a los conocimientos que adquirió durante sus largos viajes y su habilidad para hablar diversos idiomas (euskera, castellano, francés e italiano), cumplía con los requisitos básicos para el rol que asumió.
A su vez, Ugarte recolectó latas vacías recicladas y las utilizó para construir su propia vivienda, a pocos kilómetros de las Cataratas del Iguazú. Allí vivió hasta el 9 de junio de 1964, cuando murió a los 78 años de edad. Habría perdido la vida luego de consumir un alimento en mal estado.
De esta manera, el español dejó el mundo. Pero, a más de seis décadas de su fallecimiento, todavía es recordado por sus hazañas, que le permitieron caminar cerca de 22.300 kilómetros.
Quienes deseen conocer más detalles de su historia, tienen que tener en cuenta que el Vasco decidió donar al Museo de Luján la carretilla de 130 kilogramos que utilizó en su primer viaje, donde todavía se conserva. Este rodado de 110 centímetros de longitud, 70 centímetros de ancho y 30 centímetros de alto le sirvió para trasladar desde una carpa y hasta los alimentos básicos que necesitó para sobrevivir en su viajes.
Por último, es importante destacar que, a modo de homenaje y de recuerdo, en Santa Cruz, donde inició su primer viaje, se inauguró a mediados de 2005 un mural en su honor. Una década después, en 2017, una plaza de Puerto Iguazú, donde falleció el español, adquirió el nombre de “El Vasco de la Carretilla” y se decoró con una placa de bronce con su nombre, que recuerda, mediante un mapa, el trazado de sus cuatro travesías.
Cada 21 de febrero se celebran y conmemoran fechas que marcaron un antes y un…
La Antártida es un continente gigantesco que, por las características de sus paisajes y el…
El "olor a viejo" es, simplemente, una manera de llamar al "aroma" corporal propio de…
Uno de los inventos más prácticos, probablemente, sean los jeans (o vaqueros). Son cómodos, flexibles,…
Los primeros balnearios de la Costa Atlántica argentina –entendiendo “balneario” no como un establecimiento privado…
En la época precolombina, el territorio de Nicaragua estaba habitado por diversos pueblos originarios de…