Era la madrugada del 28 de septiembre de 2003 cuando un fallo eléctrico en una línea de alta tensión en Suiza desencadenó una cadena de problemas que terminaría dejando un corte de luz masivo en Italia.
La línea Mettlen–Lavorgo, que conecta Suiza con el norte italiano, sufrió un colapso debido a la caída de un árbol. Lo que parecía un incidente menor se transformó en el corte de luz más grande registrado en Europa.
La red eléctrica italiana dependía fuertemente de la energía importada desde Francia y Suiza. Cuando el sistema intentó compensar el fallo con otras conexiones, la sobrecarga se propagó de forma inmediata. En cuestión de minutos, casi todo el país quedó sin suministro eléctrico.
Un país entero sin electricidad por un corte de luz masivo

El corte afectó a 57 millones de personas, desde las grandes ciudades hasta los pequeños pueblos. Fue un suceso histórico: Italia se convirtió en la primera nación europea en sufrir un apagón total de esta magnitud.
Las consecuencias fueron múltiples:
- El transporte público quedó paralizado. Miles de personas quedaron atrapadas en el metro de Roma y Milán.
- Los aeropuertos suspendieron vuelos y las comunicaciones se vieron interrumpidas.
- El suministro de agua se redujo en algunas zonas por la falta de bombas eléctricas.
- La Basílica de San Pedro, en el Vaticano, también permaneció completamente a oscuras.
A pesar de la magnitud, los hospitales y centros de emergencia activaron sus generadores, evitando un desastre mayor.
Mirá También

¿Cuál fue el corte de luz más grande en la historia de Sudamérica y en qué país ocurrió?
¿Cómo se solucionó y qué dejó este corte de luz?
El apagón de Italia comenzó alrededor de las 3:20 de la madrugada y no se resolvió por completo hasta la noche del mismo día. En ciudades como Roma, la electricidad tardó más de 16 horas en restablecerse.
Las autoridades italianas confirmaron que el origen estuvo en una combinación de factores: el colapso en Suiza, la sobredependencia de la energía importada y la fragilidad del sistema interconectado europeo. Tiempo después, este evento llevó a que la Unión Europea reforzara las normas de coordinación y seguridad en materia energética.
Curiosidades de una noche para el olvido

Más allá de las consecuencias técnicas, el apagón de Italia dejó escenas curiosas:
- Miles de turistas aprovecharon la oscuridad para observar un cielo estrellado como pocas veces se ve en las grandes ciudades.
- En algunos barrios, la solidaridad entre vecinos permitió organizar improvisadas cenas a la luz de las velas.
- Los conciertos y eventos programados esa noche fueron cancelados, pero otros se transformaron en encuentros acústicos espontáneos.
Lejos de ser solo un episodio incómodo, aquel día quedó grabado en la memoria colectiva como un recordatorio de la fragilidad de la infraestructura eléctrica y la importancia de la cooperación internacional.
En fin. El apagón de Italia de 2003 no solo fue el corte de luz más grande en la historia de Europa, sino también una lección sobre la necesidad de contar con sistemas energéticos seguros, coordinados y preparados para enfrentar lo inesperado.
