El hot pot literalmente se traduce a “olla caliente” en español. Es una comida atravesada por una experiencia social en la que se cocinan alimentos crudos en una olla de caldo o sopa aromatizados. Tiene muchas variantes en casi todos los países asiáticos y también en algunos europeos.
Un típico hot pot coreano está cargado de ingredientes variados, como:
- Kimchi
- Repollo verde
- Zucchini
- Tofu
- Carne de res o cerdo
- Setas
- Fideos
- Salsas
De pedirlo en un restaurante, la experiencia comienza cuando llegan las pequeñas ollitas a la mesa y, a su lado, un ejército de ingredientes crudos. De ahí en más, solo queda sumergir la comida al tiempo que uno elija e ir comiendo a medida que se cocina.
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Este tipo de comida nació en China, donde la tradición de la olla caliente se remonta a miles de años atrás. Incluso hay, dentro de la misma cocina china, un montón de variedades regionales de hot pot.
¿Cuál es la historia del hot pot?
El hot pot es bien conocido en China desde hace unos dos mil años. De hecho, la primera forma de olla caliente apareció antes, en las dinastías Shang y Zhou (aproximadamente 1600-256 a.C.).
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Durante las Dinastías del Norte y del Sur (420-589), la gente empezó a usar más y más la olla caliente para cocinar. La mayor parte de la población china la utilizaba sobre todo para cocinar pollo y pato. Durante este periodo, China experimentó temperaturas extremadamente frías; tiene sentido a que haya sido en ese momento cuando la gente empezó a disfrutar oficialmente del hot pot.
Más tarde, los mongoles establecieron la dinastía Yuan, y también se vieron influidos por la cultura del hot pot. Empezaron a poner ternera y cordero en la olla caliente y, no mucho después, la práctica se había extendido en toda Asia.