"Hacer la gamba" es una expresión sumamente común en Argentina. Suele aparecer como ofrecimiento cuando vemos que a otra persona le puede venir bien nuestra ayuda, o como pedido cuando somos nosotros los que la necesitamos.
La expresión habla mucho de nuestro país, no sólo por razones históricas, sino también en un sentido contemporáneo. Acá lo investigamos.
"Hacer la gamba": ¿qué significa?
A no ser confundida con el "hacer el gamba" usado particularmente en España, que significa hacerse el tonto de una forma alocada.
En Argentina, el acto de hacerle la gamba a alguien ―porque la expresión siempre implica a un otro, es una acción que vincula a mínimo dos personas― significa acompañar, seguir o hacerle compañía a otra u otras personas con respecto a un determinado logro o fin.
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Hacer la gamba, de esta forma, es apoyar a un otro, ayudarlo a que consiga algo que no podría lograrse con tanta facilidad sin un poco de colaboración externa.
¿Cómo se originó la frase?
El modismo es uno más de muchos italianismos que viven y sobreviven en el habla argentina. Gamba, en italiano, significa "pierna" en español. De allí que "hacer la gamba" signifique "hacer pierna", es decir, acompañar, apoyar a alguien.
¿Por qué hay tanta italianidad en el español que hablan los argentinos? Este hecho deriva principalmente de la llegada de italianos a Argentina, un proceso que comenzó a mediados del siglo XIX y se intensificó en las décadas siguientes.
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Durante ese período, Argentina estaba en plena expansión económica y necesitaba mano de obra para desarrollar sus tierras. Al mismo tiempo, Italia atravesaba una serie de crisis políticas, sociales y económicas que llevaron a millones de italianos a buscar mejores oportunidades afuera. Así, entre 1870 y 1914, llegaron a Argentina más de un millón y medio de inmigrantes italianos.
El resultado inmediato fue, más allá de lo meramente económico, la formación de una identidad nacional diversa y multicultural. La inmigración italiana fue un factor clave en la configuración de la sociedad argentina moderna, y lo vemos al día de hoy en las palabras que usamos.
La expresión contiene un sentido muy actual también: encapsula el compañerismo que tanto caracteriza a los argentinos. La calidez de acompañar a alguien cuando lo necesita representa nuestro comportamiento.