La soda y el agua con gas tienen cosas en común y algunas diferencias. El producto tiene la misma materia prima: agua.
El proceso para la fabricación de las dos cosas es similar. Se parte de agua de manantial sin gas y se le agrega dióxido de carbono bajo presión, que genera la efervescencia característica de estas bebidas. La diferencia radica en que a la segunda se le agrega bicarbonato de sodio y en algunos casos también puede contener potasio.
Lo que no se le agrega a ninguna de las dos, es azúcar, por eso sigue siendo saludable para el consumo en cualquier momento.
¿La soda y el agua con gas tienen el mismo gusto?
Si bien tienen un gusto muy parecido, no es exactamente igual. Algunas personas prefieren la soda y otras el agua con gas. Además, se les pueden dar diferentes usos, ya que muchas veces la primera se mezcla con otros líquidos como vino, refrescos a base de hierva u otras bebidas alcohólicas.
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La elección depende del consumidor, ya que para el organismo no hay diferencia.
¿Es bueno tomar agua gasificada todos los días?
Uno de los beneficios de tomar agua que de alguna manera está gasificada es la sensación de saciedad que aporta y facilita la digestión. Aunque ninguna de las dos contiene azúcar, hay que tener en cuenta que la soda tiene sodio y puede tener otros minerales, como:
- Magnesio,
- Calcio,
- Hierro.
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Los dos tipos de líquido hidratan de la misma manera y son un excelente sustituto para el agua sin gas ya que tampoco tienen calorías y se pueden beber en cualquier momento del día.
