En el mundo hay casi 200 países y, aunque cada uno tiene su identidad propia, hay un elemento que los conecta: la mayoría de sus banderas comparten los mismos colores. El rojo, el azul y el blanco son los tonos más repetidos a lo largo de los siglos. Están presentes, por ejemplo, en las de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Chile, Rusia o Australia.
El uso de estos colores tiene una larga historia. Se remonta a 1660, cuando lo que hoy es Países Bajos adoptó una de las primeras banderas tricolores del mundo. A partir de entonces, los mismos tonos se replicaron en otros diseños por razones culturales, políticas o simbólicas. En Europa, los colores solían estar ligados a antiguas Casas Reales y, en otros casos, se usaron para representar valores como la libertad, la pureza o la unidad.
Sin embargo, existen dos países que rompen esta tendencia. Son Jamaica, en América, y Sri Lanka, en Asia. Sus banderas no contienen ninguno de estos tres colores y, al mismo tiempo, se destacan por la llamativa paleta que poseen estos estandartes.
Las banderas que se distinguen del resto del mundo: el caso de Jamaica
Las banderas de Jamaica y Sri Lanka comparten algo más que su originalidad: ambas utilizan el verde y el amarillo, colores asociados con la naturaleza, la energía y la esperanza. Pero cada una tiene una historia, composición y significado propio.

La bandera de Jamaica fue adoptada el 6 de agosto de 1962, el día en que el país obtuvo su independencia del Reino Unido. Está formada por una cruz amarilla en forma de aspa que divide el fondo en cuatro triángulos: los laterales son negros, y los superior e inferior, verdes. Cada color tiene su propio significado:
- El negro representa la fuerza y la creatividad del pueblo jamaicano.
- El amarillo, la luz del sol y la riqueza natural.
- El verde, la esperanza y la fertilidad del suelo agrícola.
El diseño original debió modificarse al descubrir que se parecía a la bandera de Tanganica (hoy parte de Tanzania), lo que llevó a adoptar la cruz de San Andrés amarilla. Aunque este símbolo no tiene un sentido religioso ni político, se convirtió en un rasgo distintivo de la nación.
Un dato para curiosos: la palabra "Jamaica" proviene de los antiguos habitantes arahuacos, quienes llamaban a la isla Xaymaca, que significa "tierra de bosques y aguas". Esa misma idea —la conexión con la naturaleza— sigue presente en los colores de su bandera.
La bandera de Sri Lanka

La bandera de Sri Lanka, por su parte, tiene una composición mucho más compleja y simbólica. Su fondo es amarillo dorado y está dividido en dos sectores: un rectángulo grande de color bordó, donde aparece un león dorado sosteniendo una espada, y otro más pequeño, junto al asta, con dos franjas verticales, una verde y otra naranja.
El diseño actual proviene de la bandera del último rey de Sri Lanka, Sri Wickrama Rajasingha. Tras la independencia del país en 1948, se formó un comité que propuso conservar el león como símbolo de la nación, pero incorporar también colores que representaran a las distintas comunidades religiosas y étnicas.
Así, el verde simboliza a los musulmanes, el naranja a los hindúes y el bordó al pueblo cingalés, el grupo mayoritario. Además, en las esquinas del rectángulo bordó aparecen cuatro hojas del árbol Bodhi, símbolo del budismo. Cada una representa una de las virtudes fundamentales de esta religión:
- La bondad,
- La compasión,
- La alegría
- y la ecuanimidad.
El león, figura central de la bandera, expresa el coraje y la sabiduría del pueblo de Sri Lanka. La espada que sostiene simboliza la justicia, mientras que el borde amarillo representa la unidad de todas las comunidades del país.

