En muchos negocios, restaurantes y casas de familia se puede ver a un simpático gato de cerámica que mueve una pata como si estuviera saludando. Sin embargo, este gesto no es un saludo: en realidad está invitando a entrar. Se trata del Maneki-neko, uno de los amuletos más populares de Japón, que se transformó en un símbolo de buena fortuna en gran parte del mundo. Es "el gato de la suerte".
¿Qué es el Maneki-neko?
El nombre “Maneki-neko” se traduce como “gato que invita” o “gato que llama”. Su característica principal es la pata levantada que se mueve hacia adelante y hacia atrás, un gesto muy común en Japón para hacer señas de “vení” o “acercate”.
En Occidente, en cambio, muchas personas interpretan erróneamente que el gato está saludando. Esta confusión se debe a la diferencia cultural en el lenguaje corporal: mientras que en países occidentales un gesto similar se entiende como un saludo de despedida o de bienvenida, en Japón tiene un significado totalmente distinto.

El gato detrás del amuleto
El Maneki-neko suele estar representado como un gato de raza bobtail japonés, muy popular en el país asiático. Estos gatos se reconocen fácilmente por su cola corta y enroscada como un pompón, producto de una mutación natural.
Se los considera animales muy activos, juguetones y sociables. Además, desde hace siglos fueron apreciados como guardianes contra ratones y plagas, lo que los convirtió en compañeros habituales en templos y hogares japoneses.

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El origen de la leyenda
Existen varias leyendas sobre el origen del Maneki-neko, pero una de las más difundidas es la del señor feudal Naotaka. Cuenta la historia que, durante una tormenta, Naotaka buscó refugio bajo un árbol cercano a un templo. Mientras esperaba que pasara la lluvia, vio a un gato que, desde la entrada del templo, parecía invitarlo con la pata levantada. Intrigado, el señor se acercó al animal. En ese mismo instante, un rayo cayó sobre el árbol donde él estaba segundos antes.
Agradecido por lo que interpretó como una señal salvadora, Naotaka decidió convertirse en benefactor del templo y contribuir a su mantenimiento. Desde entonces, el gato que invita con la pata levantada quedó asociado con la protección, la prosperidad y la buena fortuna.
Aunque hay otras versiones de la leyenda, todas coinciden en que el Maneki-neko está vinculado a la idea de atraer lo positivo y alejar lo negativo.

Los colores y sus significados
El Maneki-neko no siempre es blanco. Según su color, se le atribuyen distintos significados:
- Blanco: simboliza la pureza y la felicidad.
- Negro: se considera protector contra los malos espíritus.
- Dorado: está relacionado con la riqueza y el éxito económico.
- Rojo: se asocia con la salud y la protección frente a enfermedades.
- Verde: atrae buena suerte en los estudios y el aprendizaje.
- Tricolor (blanco, negro y naranja): es el más tradicional y se cree que es el que trae mayor fortuna.

Maneki-neko: un símbolo que viajó por el mundo
Con el paso del tiempo, el Maneki-neko se expandió más allá de Japón. Hoy se lo puede ver en comercios de toda Asia y también en países de Occidente, donde se lo adoptó como un ícono simpático que transmite prosperidad. Aun así, el detalle cultural persiste: mientras en Japón el gesto del gato sigue siendo claro como una invitación, en otros lugares todavía se lo interpreta como un saludo.
El Maneki-neko, entonces, no es solo un objeto decorativo: es un recordatorio de cómo los símbolos pueden cambiar de sentido según el clima cultural en el que se interpreten. Y aunque nació como un amuleto para invocar la buena fortuna, también cuenta una historia de gratitud, refugio en la lluvia y la relación milenaria entre los seres humanos y los gatos.

