Esta curiosa elección tiene más de una explicación posible. Si alguna vez observaste con atención un reloj con números romanos, es probable que te hayas sorprendido al notar que el número 4 no se representa como “IV” sino como “IIII”. Y aunque parece un simple error, en realidad se trata de una decisión intencional que tiene raíces históricas, estéticas y hasta supersticiosas.
A pesar de que IV es la forma correcta de escribir el número 4 en números romanos, la elección de “IIII” ha perdurado a lo largo del tiempo como una convención en el mundo de la relojería. Esta curiosidad genera muchas preguntas y lo cierto es que no hay una única respuesta.
La historia de los números romanos y su uso en relojes
La numeración romana fue utilizada durante siglos en todo el Imperio Romano y aún hoy sigue presente en distintos contextos, como monumentos, libros y relojes. En este sistema, el número 4 debería escribirse como IV (5 - 1), pero los relojeros adoptaron el uso de IIII (1 + 1 + 1 + 1) por distintos motivos.
Algunas versiones indican que esta tradición proviene de los antiguos relojes de sol, que ya empleaban el IIII, y que esa costumbre se mantuvo con la llegada de los relojes mecánicos. Otras teorías hablan del respeto a la figura del dios Júpiter, cuyo nombre en latín se escribía IVPPITER. Para evitar escribir las primeras letras de su nombre, se habría preferido el IIII.
Relojes: ¿por qué se usa IIII en lugar de IV?
Existen varias razones por las que el número 4 aparece como IIII en los relojes:
- Simetría visual: el uso del IIII crea un equilibrio estético con el VIII (8), que se encuentra del lado opuesto en la esfera del reloj.
- Facilidad de lectura: para muchas personas, el IIII resulta más sencillo de identificar rápidamente, sobre todo en diseños pequeños o complejos.
- Practicidad en la fabricación: algunos fabricantes prefieren usar el IIII porque permite un molde más simple para fabricar los números en serie.

Además, si se observan los relojes que utilizan números romanos, se verá que en los cuadrantes las cifras se distribuyen de manera equilibrada. Desde el I hasta el XII, los números están ordenados en grupos de cuatro: del I al IIII, del V al VIII y del IX al XII. Esto refuerza la armonía visual del diseño general.
Una tradición que sigue vigente
Más allá de cuál sea el verdadero motivo, lo cierto es que el uso de IIII en relojes se ha convertido en una tradición que atraviesa siglos. Incluso marcas modernas y prestigiosas siguen adoptando esta convención, no solo por estética, sino también como un guiño a la historia de la relojería.
Hoy, esa pequeña “inexactitud” en los números romanos de los relojes es, en realidad, parte de su encanto.

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