Es una costumbre en Argentina y en muchos países del mundo que, al momento de pedir una taza con café en algún restaurante o cafetería, la misma se sirva con un plato pequeño debajo. Lo más común es creer que este plato sirve para apoyar la cucharita que se utiliza para mezclar el azúcar.
Incluso puede llegar a creerse que se sirve de tal forma por cuestiones de estilo o estética. Y aunque quede bonito, en realidad el plato tiene un motivo mucho más práctico del que parece, que se remonta a una práctica de antaño.
Cuando el plato hace de taza
En Argentina, el café es una de las bebidas calientes que más acompaña desayunos y meriendas, y por excelencia corta el almuerzo y la cena. Sin embargo, las costumbres con respecto a su preparación y consumo varían en cada zona del mundo.
Y aunque en esta parte del globo utilicemos la taza para tomar el café, en otras aún se recurre al plato para beber directamente de él. Por más ajeno que nos resulte, en realidad se trata de una costumbre que se remonta, al menos, 200 años atrás.
En Europa, se tiene registro por primera vez durante el siglo XVIII, cuando empezó a importarse vajilla de porcelana de China. Entre los objetos importados, uno era un plato amplio y hondo que servía perfectamente para contener líquido. Así, ocurrió con el té lo mismo que luego ocurriría con el café: la bebida se servía en la taza, pero luego se pasaba al plato para beberla de él.
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¿Por qué se hacía esto? Hay dos motivos principales que lo explican:
- El primero, es que la bebida en el cuenco o taza se encontraba más concentrada.
- El segundo, que al pasarla al plato se enfriaba más rápido, por lo que no era necesario esperar tanto tiempo ni sufrir de quemaduras.
La práctica de origen asiático se extendió pronto por Europa, y de hecho hay pinturas de época que así lo atestiguan.
¿El café aún se toma del plato?
Con el tiempo, muchos países que habían adquirido la costumbre la abandonaron, y pasaron a tomar el té o café directamente de la taza. La compañía del plato pequeño se mantuvo, y su viejo uso se perdió en muchos países de Occidente.
Sin embargo, se le encontraron nuevas utilidades, como la de apoyar la cucharita o los sobres vacíos de azúcar. Y, aunque aquí ya no se acostumbre, sí es común notar que personas de edad avanzada sostienen esa práctica, sobre todo en algunos países europeos.
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Además, en países como India la costumbre tiene perfecta vigencia. De hecho, el plato que acompaña la taza es mucho más grande y hondo que aquel que se utiliza en Argentina. Y lo mismo ocurre en otros países asiáticos, donde el té o café se pasa al plato para beberlo de él.