La deforestación es la destrucción o reducción de la superficie forestal del planeta, es decir, de los bosques naturales. Ocurre principalmente por la acción humana, ya sea mediante la tala o la quema de árboles, para obtener materias primas o ampliar las áreas destinadas a la agricultura y la ganadería.
Aunque también puede producirse de manera natural, la mayor parte de la pérdida de bosques está relacionada con nuestras actividades.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), desde 1990 el mundo perdió más de 420 millones de hectáreas de bosque, principalmente en África y Sudamérica.
En la Amazonia, por ejemplo, se destruyó cerca del 17% de la selva en los últimos 50 años. Este ritmo de pérdida pone en riesgo no sólo a las especies que habitan esos ecosistemas, sino también a la estabilidad climática del planeta.
¿Cómo afecta al medioambiente la deforestación?
Los bosques cumplen funciones vitales para la Tierra:
- Producen oxígeno,
- Almacenan dióxido de carbono,
- Regulan el clima.
Cuando desaparecen, los efectos se sienten de inmediato. Uno de los impactos más graves de la deforestación es el aumento de los gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global. Al talar árboles, se libera el carbono que ellos almacenaban, y ese gas se acumula en la atmósfera.
Pero las consecuencias no se limitan al clima. Alrededor del 80% de las especies animales y vegetales terrestres viven en los bosques, por lo que la pérdida de hábitat amenaza directamente su supervivencia.
Además, la deforestación tiene impacto directo en la salud humana. Con los hábitats naturales destruidos, los animales silvestres se acercan cada vez más a las zonas urbanas, aumentando las posibilidades de transmisión de virus y enfermedades.
Según cuenta National Geographic, la Organización Mundial de la Salud estima que cerca del 60% de las enfermedades infecciosas emergentes provienen de animales y que muchas están relacionadas con la pérdida de bosques.
También hay consecuencias sociales: cerca de 250 millones de personas dependen de los bosques para vivir. Su desaparición no solo amenaza la biodiversidad, sino también la economía y la alimentación de muchas poblaciones alrededor del mundo.
¿Cuáles son los tipos de deforestación que existen?
Existen dos grandes tipos de deforestación, según su origen:
- Deforestación natural: ocurre por causas que no dependen del ser humano, como incendios forestales, tormentas eléctricas, erupciones volcánicas o plagas de insectos que destruyen grandes superficies de árboles.
- Deforestación humana: es la más frecuente y la más preocupante, ya que resulta de la acción directa o indirecta de las personas. Entre sus causas principales se encuentran la expansión urbana, la industria de la madera y el papel y la tala de árboles con el objetivo de usar las tierras para cultivo.
Según la FAO, más de la mitad de la deforestación global es producto de la agricultura, la ganadería, la minería y la perforación de suelos. En países como Malasia e Indonesia, por ejemplo, se eliminan bosques enteros para producir aceite de palma, presente en productos cotidianos como alimentos o cosméticos.