Estrenada en 2004, La terminal es una comedia sobre Viktor Navorski, un hombre de la nación ficticia de Krakhozia que se queda varado en el aeropuerto internacional JFK de Nueva York. ¿La razón? El colapso social de su país natal lo había dejado como ciudadano en el limbo.
Aunque la idea de que alguien resida durante mucho tiempo en un aeropuerto pueda parecer inverosímil, la premisa de la película de 2004 se inspiró en una historia real. Esta es la desconocida experiencia de Mehran Karimi Nasseri, un iraní que pasó años viviendo en el aeropuerto internacional Charles de Gaulle de Francia.
¿Cuál es la historia de Mehran Karimi Nasseri?
Mehran Karimi Nasseri era un ciudadano iraní que, luego de un período de estudios universitarios en Inglaterra, regresó a su país en 1974.
Nasseri fue disidente político con un historial de protestas contra el régimen opresor de Mohammad Reza Pahlavi. Según su relato, había sido detenido, torturado, privado de su ciudadanía y expulsado de Irán en 1977.
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Sin un hogar oficial, viajó por Europa durante el resto de la década de 1970. En 1981, consiguió documentos de identidad y el estatuto de refugiado en Bélgica. Sin embargo, en 1988 fue detenido en Francia al aterrizar en el aeropuerto Charles de Gaulle.
¿En qué historia real se basó la película La Terminal?
La razón por la que a Nasseri lo detienen en Francia tiene que ver con su indocumentación: previamente, había perdido su pasaporte y sus papeles de refugiado en un asalto.
Se instaló en la “Zone d'attente”, un lugar usado para alojar a las personas atrapadas en esta peculiar forma de limbo, y pasó los 18 años siguientes viviendo en el aeropuerto. Durante aquel tiempo, Nasseri se auto-apoda Sir Alfred, escribe un diario de más de 1.000 páginas, desayuna medialunas y sandwiches de pescado y duerme en dos bancos rojos que había juntado a los empujones.
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Aunque en 1999 le ofrecieron documentos de identidad y la oportunidad de instalarse en Francia, los rechazó alegando que no se le reconocería como ciudadano de Irán y que los documentos no le identificaban como Sir Alfred. Así, su estadía en el famoso aeropuerto francés termina estirándose casi dos décadas.
La Terminal se aleja, claramente, de muchos de los detalles cruciales que hicieron a la historia de Nasseri. El resultado es un relato fuertemente ficcionalizado que, en cierta forma, socava el reconocimiento de su material de origen.
