Brasil es un país conocido por su riqueza natural, cultural y también lingüística. Además del portugués, en su territorio se hablan más de 180 lenguas distintas, entre las que se encuentra el alemán, una de las más utilizadas en varias regiones del sur del país.
Esto se debe a la inmigración alemana que se estableció allí entre mediados del siglo XIX y el siglo XX. Hoy en día, millones de personas descendientes de aquellos inmigrantes siguen hablando variantes del alemán en su vida cotidiana.
¿Qué variante del alemán se habla en Brasil?
Durante los siglos XIX y XX, miles de personas de origen alemán llegaron a Brasil en busca de nuevas oportunidades. Se instalaron principalmente en los estados del sur, como Santa Catarina, Río Grande del Sur y Paraná. Allí formaron colonias, fundaron pueblos y desarrollaron actividades económicas.
Actualmente, existen comunidades que no solo mantienen viva la lengua, sino también tradiciones culturales, gastronómicas y religiosas de sus antepasados. Algunas escuelas enseñan en alemán y en varias localidades esta lengua es considerada cooficial junto con el portugués.
En muchas de estas regiones, la variante más hablada no es exactamente el alemán estándar, sino el hunsrückisch, un dialecto derivado del alemán que evolucionó de forma particular en suelo brasileño.
¿Qué puesto ocupa el idioma en el podio de lenguas extranjeras?
Luego del español y del inglés, el alemán es una de las lenguas extranjeras más habladas en Brasil. Y a estos tres idiomas extranjeros se suman el italiano y el japonés. Además, está la Libras (Lengua Brasileña de Señas), que tiene reconocimiento oficial desde 2002.
En total, se calcula que más de un millón y medio de personas hablan alemán, más otras cientos de miles que lo comprenden. Entre los datos destacados de esta presencia lingüística, se pueden mencionar:
- En el estado de Santa Catarina hay municipios donde el alemán es lengua cooficial.
- Algunas ciudades, como Pomerode, tienen más del 80 % de población con ascendencia alemana.
- El hunsrückisch fue reconocido como patrimonio cultural brasileño en 2012 por el IPHAN (Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional).
