El término Remis proviene del francés "voiture de remise" que, en español, significa coche de alquiler. En Argentina, los primeros aparecieron los últimos años de la década del 40 cuando, al salir del teatro de noche, muchos espectadores no tenían servicio de transporte disponible para regresar a sus casas.
En ese momento, muchas personas que estaban sin trabajo o querían obtener una ganancia extra, comenzaron a ofrecer sus coches para llevar y traer pasajeros. Estos autos particulares salían desde la puerta de una lechería ubicada en Talcahuano 742.
Hasta 1952, cuando se creó la primera agencia de remis, este tipo de traslados no estaban regulados por el Estado. A partir de este reconocimiento, comenzaron a instalarse otras. Este servicio se diferencia de los taxis porque no tiene taxímetro que vaya aumentando el valor del viaje y, principalmente, porque no se detiene por la calle a recoger pasajeros al azar.
Ya durante los 60 y los 70, el servicio comenzó a expandirse desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hacia el interior del país. Además, dejó de ser algo únicamente nocturno y pasó a estar disponible las 24 horas.