La primera persona que imprimió con tipos móviles en Occidente fue el orfebre alemán Gutenberg. Estaba tan convencido de las posibilidades de su invento que decía que imprimiría la Biblia en la mitad del tiempo que tardaban en hacerla los copistas más rápidos, y con los mismos caracteres cursivos. Y efectivamente lo hizo, luego de tomarse el trabajo de unir letra por letra para que el texto pareciera escrito a mano.
La linotipia
La imprenta de tipos móviles fue un invento muy útil, pero implicaba realizar un gran trabajo al momento de armar los tableros, ya que había que poner una por una todas las letras que llevaba el texto de una página.
En 1885 Ottmar Mergenthaler inventó la linotipia. A medida que el operador (también llamado “linotipista”) tecleaba el texto en una máquina de escribir, iban cayendo los tipos móviles sobre un depósito. Luego se volcaba ese depósito sobre la plancha y quedaba el texto armado para imprimir. Los linotipos se usaron en las editoriales hasta la década del ochenta del siglo pasado. Aún quedan algunos en las viejas imprentas.
La imprenta en Argentina
La imprenta llegó a América con la Conquista española. En Argentina la introdujeron los jesuitas y fue utilizada principalmente en Córdoba y Buenos Aires.
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