"¡Dale, haceme la segunda!" es una de las variantes que tiene la frase "hacer la segunda", muy utilizada en la mayoría de los países hispanohablantes de América.
Aunque su origen pueda resultar desconocido, se usa siempre que queremos pedirle un favor a alguien, ya sea que nos preste dinero, nos acompañe a algún lugar o nos ayude a resolver alguna situación. Una de sus variantes, por ejemplo, es "haceme el aguante".
¿Cuál es el origen de la frase "hacer la segunda"?
Su origen no es muy certero en tiempo y espacio. Lo único que se sabe es que, por ser un modismo propio de algunos países hispanohablantes, la frase surgió en uno de ellos, como pueden ser:
- Argentina.
- Venezuela.
- Colombia.
Sin embargo, una de las hipótesis es que surgió en el ámbito musical, sobre todo en los encuentros en que se tocan payadas, es decir, cantos improvisados acompañados de una guitarra. En estas, propias de los países latinoamericanos, el payador (cantante que inventa la rima) suele pedir, en algunas rimas, que alguien lo acompañe con la voz. Para ello, exclama "haceme la segunda", en referencia a la voz añadida.
Con el tiempo, la frase se habría extendido más allá de la música, para pedir a alguien de manera improvisada que te ayude o haga un favor en el momento.
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¿Qué otras frases significan lo mismo?
Como sucede en todos los idiomas, hay más de una palabra o frase que tienen significados similares. En el caso de "hacer la segunda", existen varias:
- En Argentina y Uruguay: "haceme pata", "haceme una gauchada".
- En Colombia: "hacer el dos".
- En España: "echar una mano", "echar un cable".
Hay otras que se extienden por varios países, como "haceme el aguante" o "haceme gamba". Según la situación, hay variantes que se ajustan más que otras.