Según el Servicio Meteorológico Nacional, el viento es aire en movimiento con dirección, sentido e intensidad, siempre en relación a la superficie de la Tierra. A pesar de que no podamos sentirlo, sabemos que está ahí. Pero, ¿cómo se forma?
Como ocurre con todo fenómeno natural, hay varios factores que inciden en la formación del "aire en movimiento". La rotación de la Tierra, junto a las diferencias de presión en la atmósfera, son los motivos principales.
Los rayos del Sol que llegan al planeta, calientan más algunas zonas de la superficie terrestre que otras y se genera una diferencia de presión entre las zonas terrestres. Cuando el aire se traslada de las áreas de alta presión a las de baja presión, se producen los vientos que conocemos.
¿Cuál es la importancia del viento para el planeta Tierra y la humanidad?
A pesar de que en muchas ocasiones nos puede resultar molesto, porque nos impide avanzar o nos despeina, en realidad el viento cumple una serie de funciones muy importantes para la naturaleza. Entre ellas, se encuentran la de ser un transporte de semillas y pájaros, ya que muchas plantas se polinizan gracias a él, y las aves pueden migrar con mayor facilidad.
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Por otro lado, también es aprovechado por la humanidad para generar un tipo de energía particular: la energía eólica. Si alguna vez avanzaste por una ruta y observaste, en la lejanía, torres gigantes que se parecen a ventiladores, se trata de aerogeneradores.
Estos aparatos altísimos aprovechan, precisamente, las corrientes de viento para producir energía. Su antecesor histórico es el molino de viento, muy común en zonas rurales de todo el mundo.
La velocidad hace al viento, ¿o al revés?
Los vientos se clasifican a partir de su velocidad. Así, según el Servicio Meteorológico Nacional, existen:
- Fuertes - Cuando la velocidad es entre 39 y 49 km/h, que la notamos al moverse las ramas de los árboles o porque nos cuesta abrir al paraguas.
- Muy fuertes: - Cuando el viento tiene entre 50 y 61 km/h, las copas de los árboles se mueven por completo y se nos dificulta avanzar.
- Temporal - Auna velocidad de entre 62 y 74 km/h, se pueden partir algunas ramas y avanzar nos cuesta aún más.
- Temporal fuerte - Viajando a una velocidad de entre entre 75 y 88 km/h, pueden dañarse algunas estructuras, como cuando se vuelan techos en zonas urbanas.
- Temporal muy fuerte - Son aquellos vientos que superan los 90 km/h y que son más frecuentes en zonas menos urbanizadas. Pueden caerse árboles, por ejemplo.
