Conserva la famosa estructura, que se inauguró en 1858 y, desde entonces, resistió a fuertes temporales y al impacto de olas gigantescas.
En Europa, más precisamente en el extremo occidental de las islas Sorlingas, existe una pequeña isla rocosa llamada Bishop Rock que, por su superficie, solo tiene espacio para albergar un enorme faro de 49 metros de altura.
La famosa construcción está en pie desde 1858 y, con el paso del tiempo, se ha modernizado en su totalidad. Al día de hoy, todavía es una herramienta fundamental para quienes navegan por la zona.
De todas formas, su permanencia no fue fácil. Sucede que el faro de Bishop Rock tuvo que luchar contra las tormentas y las olas gigantescas durante más de un siglo.
Aunque los registros más antiguos que hacen referencia a esta isla, emplazada en la península de Cornualles, Gran Bretaña, datan del año 1284, la idea de construir un faro en el lugar no se presentó hasta 1818.
En aquella época, donde la circulación de embarcaciones trasatlánticas comenzó a tener una mayor popularidad, los navegantes exigieron la construcción de un faro para que, con su luz, ilumine la zona y así evitar posibles accidentes.
De esta manera, y tras el impacto de un barco sobre las piedras de Bishop Rock en 1839, la construcción del faro inició en 1847 y concluyó, con éxito, en 1850. Pero, para sorpresa de todos, su luz nunca pudo brillar porque, antes de la inauguración, un temporal destruyó la estructura por completo.
Así fue como en 1851 se avanzó con la edificación de un nuevo faro, que finalmente se estrenó el 1 de septiembre de 1858.
El faro de Bishop Rock se modificó en más de una oportunidad por dos motivos: la aparición de nuevas tecnologías que permitían una mejora en su funcionamiento y las tormentas, acompañada de un oleaje extremo, que atentaron con su integridad en múltiples ocasiones.
Es por eso que la construcción de esta isla que, según el Libro de los Récords Guinness es la “más pequeña del mundo con un edificio en ella”, experimentó los siguientes cambios:
Además de su remota ubicación, el faro de Bishop Rock, que es el más alto de Inglaterra, tiene un acceso muy complejo. En síntesis, las cuatro personas que se encargaban de las tareas de servicio, debían ingresar y salir del lugar haciendo rappel, ya que las embarcaciones que los trasladaban no podían acercarse.
Pero todo cambió en 1976, cuando se inauguró un moderno helipuerto en la parte más alta del faro. Aunque hoy ya nadie vive en el lugar, la estructura aún requiere mantenimiento y, los responsables del mismo, ingresan en ella tras un viaje en helicóptero.
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