Los parónimos son dos o más palabras que se asemejan en su pronunciación, pero que se escriben de forma diferente y tienen significados distintos. En esta nota, Billiken te ofrece algunos ejemplos.
Los parónimos son dos o más palabras que se asemejan en su pronunciación, pero que se escriben de forma diferente y tienen significados distintos, usualmente no relacionados. Por ejemplo, “siervo” y “ciervo” o “consejo” y “concejo”. Este fenómeno ocurre porque en español existen letras o grafemas que tienen un sonido bastante similar entre sí, como “V” y “B”, “S” y “Z” o “C” y “K”.
Ejemplos de parónimos son los monosílabos “hay” y “ay”. También lo son ciertas conjugaciones del verbo “haber” y del verbo “abrir”, por ejemplo, “habría” y “abría”. Esto ocurre porque la “H” en español no se pronuncia. Estas palabras, y muchas otras, se pronuncian exactamente igual y es el contexto el que permite distinguir el significado de lo que se quiere decir.
Existen palabras en español que son parónimos. A continuación una serie de ejemplos:
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