El cachopo es uno de los platos más representativos de la gastronomía asturiana y, en los últimos años, se convirtió en una tendencia culinaria en toda España. Su apariencia y preparación hacen que muchos lo comparen con la milanesa argentina, pero en realidad tiene características propias que lo distinguen.
La historia del cachopo no está documentada con exactitud, aunque su receta se popularizó en Asturias a mediados del siglo XX. Originalmente, se servía en reuniones familiares y bares tradicionales, acompañado de papas fritas, ensalada o pimientos. Con el tiempo, restaurantes de toda España lo adoptaron y adaptaron a sus estilos, sumando nuevas versiones con distintos rellenos y salsas.
¿Qué es el cachopo?
En su forma más clásica, el cachopo consiste en dos filetes grandes de ternera que encierran lonchas de jamón serrano y queso. Todo se recubre con pan rallado, se fríe en abundante aceite y se sirve recién hecho. La combinación de carne tierna, relleno fundente y rebozado crujiente es lo que lo convirtió en un favorito entre locales y turistas.
Aunque la receta tradicional usa ternera, hoy se encuentran cachopos de cerdo, pollo o pescado, así como versiones vegetarianas que reemplazan la carne por verduras como berenjena o setas.
Cachopo y milanesa: similitudes y diferencias
La comparación con la milanesa argentina es inevitable. Ambos platos se elaboran con carne rebozada y frita, pero hay diferencias importantes:
- Tamaño: el cachopo suele ser más grande, pensado para compartir entre dos o más personas.
- Relleno: a diferencia de la milanesa tradicional, el cachopo lleva jamón y queso en su interior.
- Origen: la milanesa tiene raíces italianas, mientras que el cachopo es originario de Asturias, España.

Por su tamaño y contundencia, algunos lo llaman “supermilanesa española”, aunque quienes lo preparan insisten en que es una receta con identidad propia.
Receta básica del plato asturiano
Para preparar un cachopo clásico, se necesitan:
- Dos filetes grandes de ternera.
- Lonchas de jamón serrano y queso.
- Harina, huevo y pan rallado para rebozar.
Se coloca el relleno entre los filetes, se pasa por harina, huevo batido y pan rallado, y se fríe hasta que esté dorado y crujiente. El toque final: servirlo caliente, con guarniciones típicas como papas fritas y pimientos del piquillo.
Más que una simple comida, el cachopo es un símbolo de la gastronomía asturiana que conquistó paladares en toda España y también en otros países, donde empieza a abrirse camino como una delicia para compartir.
