Para los habitantes de Filipinas, el calendario navideño no se rige por las semanas previas al 25 de diciembre. En este país, la Navidad comienza oficialmente el 1 de septiembre. A partir de ese día, se inauguran los llamados "meses Ber" (septiembre, octubre, noviembre y diciembre), un periodo en el que las estaciones de radio empiezan a emitir villancicos, los centros comerciales se llenan de luces y las familias comienzan a planificar los banquetes.
Esta costumbre de extender la Navidad en Filipinas durante casi cinco meses tiene raíces profundas en la cultura local y en su fervor religioso. Al ser el país con mayor población católica de Asia, los filipinos viven estas fechas con una intensidad especial. La Navidad no es solo un evento en el calendario, sino una temporada completa dedicada a la gratitud, el reencuentro con los seres queridos que trabajan en el exterior y la generosidad comunitaria.
El "Parol" y las tradiciones de la Navidad en Filipinas
Uno de los aspectos más fascinantes de la celebración es su riqueza visual. El símbolo máximo de la Navidad en Filipinas es el Parol, un farol con forma de estrella que representa la Estrella de Belén. Originalmente se fabricaban con bambú y papel, pero hoy en día existen versiones electrónicas deslumbrantes que iluminan cada ventana del país. Estos faroles no son solo adornos; simbolizan la victoria de la luz sobre la oscuridad y la esperanza que guía a las familias.
A medida que el calendario avanza, las tradiciones se vuelven más intensas. Una de las más importantes es el Simbang Gabi, una serie de nueve misas de aguinaldo que se celebran al alba, comenzando el 16 de diciembre y terminando en la Nochebuena. Se dice que si un fiel asiste a las nueve misas consecutivas, se le cumplirá un deseo. Al salir de estas ceremonias matutinas, es costumbre desayunar delicias locales como el puto bumbong (un pastel de arroz púrpura cocido al vapor en tubos de bambú).
Hitos y datos curiosos de los festejos filipinos
- 1 de septiembre: inicio oficial de la temporada con el encendido de luces y música temática.
- Misa de Gallo: la celebración final del Simbang Gabi que tiene lugar a medianoche el 24 de diciembre.
- Fiesta de los Reyes Magos: los festejos concluyen formalmente el primer domingo de enero, aunque en muchas regiones la música sigue sonando hasta febrero.
- Nochebuena: se celebra con la "Cena de Noche Buena", un banquete familiar donde el plato principal suele ser el lechon (cerdo asado).
¿Por qué esta celebración de Navidad es un fenómeno cultural único?
Según informan medios internacionales, la extensión de la Navidad en Filipinas también responde a una necesidad de optimismo. Tras meses de tifones y lluvias intensas, la llegada de septiembre marca un cambio de ánimo en la población. Es una forma de resistencia cultural donde la alegría se impone ante las dificultades climáticas.
Incluso en este 2025, los festejos han alcanzado niveles récord de participación. La diáspora filipina juega un rol fundamental, ya que millones de trabajadores regresan a sus hogares en estas fechas, convirtiendo a los aeropuertos y puertos en centros de emociones intensas. La festividad se extiende hasta la fiesta del Bautismo del Señor o incluso hasta la fiesta del Santo Niño (Cebú) en la tercera semana de enero, haciendo que la Navidad dure, efectivamente, casi medio año.
Entender la forma en que este país celebra nos enseña que la Navidad es, sobre todo, un estado de ánimo. Filipinas nos regala una lección de hospitalidad y alegría, recordándonos que nunca es demasiado temprano para empezar a compartir buenos deseos y que la luz de una estrella puede brillar con fuerza durante casi cinco meses seguidos.