La Catedral de Beauvais, ubicada en la región de Hauts-de-France, es uno de los ejemplos más impresionantes —y a la vez más enigmáticos— del gótico francés. Su construcción comenzó en 1225, en un contexto en el que diversas ciudades competían por levantar los templos más altos y luminosos de Europa. Pero Beauvais llevó esa ambición al extremo.
El proyecto original buscaba superar a todas las demás catedrales de su tiempo mediante un diseño especialmente alto, con bóvedas vertiginosas y un coro monumental. La luz era el factor central: muros delgados, ventanales inmensos y una estructura que parecía desafiar los límites mismos de la ingeniería medieval.
Sin embargo, esta apuesta por la altura provocó problemas casi desde el principio. La catedral sufrió su primer colapso en 1284, cuando parte del coro se derrumbó debido a fallas estructurales y a la presión lateral ejercida por sus enormes bóvedas. Aun así, la ciudad decidió reconstruirla siguiendo la misma idea: ser la iglesia más impresionante de Francia.
El récord mundial: la Catedral de Beauvais y su torre de 153 metros

La Catedral de Beauvais alcanzó su mayor gloria —y también su mayor fragilidad— en el siglo XVI. Entre 1563 y 1569 se construyó una torre central que superó todos los récords de la época. Con 153 metros de altura, se convirtió oficialmente en la estructura eclesiástica más alta del mundo, según datos recopilados por la propia administración de la catedral y la documentación histórica.
Este récord se mantuvo durante 20 años, convirtiendo a Beauvais en un verdadero símbolo de la arquitectura gótica tardía y en motivo de orgullo local. La torre podía verse desde kilómetros de distancia y representaba el triunfo del ingenio humano sobre los límites técnicos de su tiempo… al menos momentáneamente.
Porque en 1573, solo cuatro años después de su finalización, la torre se desplomó súbitamente. Según explica el sitio oficial Cathédrale de Beauvais, las bases que sostenían la torre no eran suficientes para soportar el peso combinado de las estructuras previas, los muros delgados y los cimientos inestables. El resultado fue un derrumbe que destruyó completamente la torre y puso fin al sueño de terminar la catedral tal como había sido concebida.
Tras este colapso, la altura del edificio se redujo drásticamente y nunca volvió a reconstruirse la nave principal, lo que dejó a la Catedral de Beauvais con su aspecto actual: majestuoso pero incompleto.
Cómo evolucionó a lo largo de los siglos

A pesar de su historia marcada por derrumbes, la Catedral de Beauvais sigue siendo un monumento de enorme valor arquitectónico y artístico. Con el paso de los siglos, se realizaron refuerzos estructurales, trabajos de restauración y consolidaciones para evitar nuevos colapsos. También se añadieron elementos decorativos, vitrales y detalles que enriquecieron su carácter gótico.
Hoy, el edificio consta principalmente del coro y el transepto, ya que la nave nunca llegó a levantarse. Esto deja al templo con una apariencia singular: al entrar, la sensación de verticalidad es extrema, y la luz filtrada por los vitrales crea un ambiente solemne e imponente.
La catedral está abierta al público y puede visitarse durante todo el año. Su reloj astronómico —uno de los más complejos de Europa— y sus vitrales del siglo XIII son dos de los elementos más admirados por los turistas.
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La historia de este templo está repleta de detalles fascinantes. Algunos de los más destacados son:
- Mantuvo el récord de altura entre 1569 y 1573, hasta el colapso de su torre.
- Su coro, con más de 48 metros de altura, es uno de los más altos jamás construidos.
- Nunca se completó la nave, lo que deja a la catedral con un aspecto incompleto y único en Europa.
Estas características hacen que Beauvais sea considerada, al mismo tiempo, una obra maestra y un ejemplo de los límites de la ingeniería medieval.
