En un mundo donde la contaminación ambiental representa uno de los mayores desafíos urbanos, existen ciudades que han logrado destacarse por su aire puro y su respeto por el entorno natural. Muchas de ellas se encuentran en países con fuerte conciencia ecológica, que promueven hábitos sostenibles desde el hogar hasta las políticas públicas.
Las cinco ciudades menos contaminadas del mundo son:
- Wellington (Nueva Zelanda): rodeada de montañas y mar, la capital neozelandesa aprovecha su ventilación natural para dispersar los contaminantes. Además, promueve energías limpias y una movilidad urbana responsable.
- Reikiavik (Islandia): gracias al uso casi exclusivo de energía geotérmica e hidroeléctrica, esta ciudad islandesa mantiene una huella de carbono mínima. Las calles limpias y el respeto por el entorno son parte de su cultura.
- Honolulu (Estados Unidos): la capital de Hawái se caracteriza por sus playas prístinas, pero también por su compromiso con la sostenibilidad. Tiene baja contaminación lumínica, excelentes condiciones de reciclado y control del ruido urbano.
- Oslo (Noruega): esta ciudad europea lidera la transición hacia la movilidad eléctrica, con un notable crecimiento del uso de autos eléctricos y bicisendas. Además, protege sus áreas verdes y reduce al mínimo las emisiones.
- Helsinki (Finlandia): capital de un país que valora profundamente su entorno natural, Helsinki cuenta con muchos parques, transporte eficiente y regulaciones estrictas sobre la industria y el tránsito.
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¿Qué tienen en común las ciudades menos contaminadas del mundo?

Más allá de sus diferencias culturales y geográficas, estas cinco ciudades comparten ciertos elementos clave que explican su bajo nivel de contaminación:
- Transporte sostenible: priorizan el uso de bicicletas, trenes eléctricos y autos con energías renovables.
- Energía limpia: apuestan por fuentes no contaminantes como la eólica, la hidroeléctrica o la geotérmica.
- Conciencia ambiental: promueven la educación ecológica y el respeto por la naturaleza desde temprana edad.
Un ejemplo para el planeta

Estas ciudades demuestran que es posible vivir en armonía con el medioambiente sin dejar de lado el desarrollo urbano. Al implementar políticas públicas responsables y fomentar una ciudadanía comprometida, lograron resultados que hoy asombran al planeta. Son, sin duda, ejemplos a seguir para quienes desean un futuro más saludable, limpio y sostenible.

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