El faraón vivió hace 3.500 años, pero el lugar de su tumba fue un misterio durante siglos.
Los faraones egipcios eran figuras muy alabadas en su época. En otras palabras, eran considerados dioses vivientes, y por lo tanto la máxima autoridad política, religiosa y militar. Sus tumbas eran monumentos dignos de admirar, y por miles de años hay una que estuvo perdida: la de Tutmosis II.
Hasta que, en el último tiempo, un grupo de arqueólogos británicos y egipcios encontró el lugar sagrado. Pronto, se convirtió en el descubrimiento arqueológico más importante de Egipto desde el hallazgo de la tumba de Tutankamón, hace más de 100 años.
¿Quién era Tutmosis II? ¿Qué tiene de importante el descubrimiento? ¿Qué secretos nos revela sobre el conocido faraón? Desde Billiken, respondemos estas preguntas y más.
En los últimos cien años, la arqueología en Egipto se encontraba con algunas trabas. Entre otras cosas, no lograba dar con la tumba del faraón Tutmosis II, cuarto monarca de la Dinastía XVIII que gobernó Egipto por más de 2.500 años desde el 1550 a. C.
Hasta que un grupo de expertos puso fin a la sequía, y logró dar con la tumba. En sí, los restos del faraón ya habían sido encontrados, pero no así su lugar de entierro. Es, entonces, la primera tumba real de la que se tiene registro desde que se descubrió el mausoleo de Tutankamón en 1922.
La entrada a la tumba, en la sección C4, fue localizada en octubre de 2022 en el área de Wadi Gabbanat el-Qurud, cerca de Luxor. Dicha área es un valle que se usó como necrópolis durante miles de años, en la que hay varias tumbas de roca tallada para miembros de la familia real de la dinastía XVIII, de la que formó parte Tutmosis II.
En sí, el trabajo de los arqueólogos permitió descubrir que:
Tutmosis II fue hijo de Tutmosis I y de Mutnofret, una reina no tan poderosa de Egipto según los registros. Con la reina Ahmose, Tutmosis I tuvo a Hatshepsut, quien se convirtió en la media hermana de Tutmosis II.
Por compartir sangre, el padre les ordenó a ambos que se casaran para preservar el linaje real, y así lo hicieron. Sin embargo, de Tutmosis II no se tiene muchos más datos: no se sabe con certeza la cantidad de años que gobernó (tal vez, entre 1493 a. C. y 1479 a. C.) ni cuánto vivió.
Sus restos fueron descubiertos en 1881 en el escondite de Deir el-Bahari por los egiptólogos Gaston Maspero y Émile Brugsch. Y la historia lo confirma: para evitar a los saqueadores de tumbas, sus restos pasaron miles de años en otro lugar donde no había decoraciones ni monumentos, como se acostumbraba a preparar para los faraones.
Siempre un descubrimiento arqueológico es importante. Y cuando se trata de las tumbas de faraones, aún más. En particular, el hallazgo de la de Tutmosis II resalta por:
Imagen de portada: New Kingdom Research Foundation / BBC Mundo.
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