La Copa América Femenina es el torneo de selecciones nacionales más importante del fútbol femenino en América del Sur. Organizada por la CONMEBOL, se celebra desde 1991 y, con el paso del tiempo, se convirtió en una plataforma clave para el desarrollo del deporte en la región.
A lo largo de sus distintas ediciones, el campeonato ha crecido en calidad, visibilidad y competitividad, abriendo nuevas oportunidades para las futbolistas y despertando el entusiasmo de miles de hinchas en todo el continente. En 2025, una nueva edición del torneo volvió a demostrar por qué esta copa es tan relevante para el fútbol femenino.
El origen de la Copa América Femenina
La primera Copa América Femenina se disputó en 1991, en Brasil, con el nombre de Campeonato Sudamericano de Fútbol Femenino. A partir de 1995, el torneo adoptó una frecuencia bianual, aunque con el tiempo se volvió más irregular. Desde 2022, la CONMEBOL determinó que se juegue cada cuatro años, como ocurre con la Copa América masculina.
Participan las 10 selecciones afiliadas a la CONMEBOL:
- Argentina,
- Bolivia,
- Brasil,
- Chile,
- Colombia,
- Ecuador,
- Paraguay,
- Perú,
- Uruguay,
- Venezuela.
Además de consagrar al campeón continental, la copa otorga plazas para el Mundial Femenino de la FIFA, los Juegos Olímpicos y los Juegos Panamericanos.
Ganadores históricos del torneo
Desde sus inicios, Brasil ha dominado la competencia: se consagró campeón en 8 de las 9 ediciones disputadas. El único equipo que logró romper su hegemonía fue Argentina, que ganó el título en 2006.
A lo largo de los años, equipos como Colombia, Chile y Paraguay también se destacaron, alcanzando fases decisivas y consolidando su crecimiento en la disciplina.
¿Qué pasó en la edición 2025 de la Copa América Femenina?
La edición 2025 de la Copa América Femenina se disputó en Colombia, entre el 10 y el 30 de junio. En esta ocasión, Argentina y Brasil llegaron a las semifinales, mientras que selecciones como Colombia y Chile sorprendieron con su nivel de juego. Los partidos fueron transmitidos en vivo por canales de televisión y plataformas digitales, lo que permitió ampliar aún más el alcance del torneo.
La final se celebró en el Estadio Metropolitano de Barranquilla, con un marco imponente de público que demuestra el creciente interés por el fútbol femenino en Sudamérica.