Se construyó en el cierre del siglo XIX y alcanzó su época dorada hace 70 años. Pero, tras una serie de cambios, sufrió una baja en la cantidad de huéspedes. Permanece cerrado desde 2015.
Sobre las montañas de Suiza, en el Paso de Furka y frente al increíble glaciar del Ródano, en el cierre del siglo XIX se construyó un pequeño hospedaje que, con el correr de los años, se convertiría en el Hotel Belvédère.
Este emblemático alojamiento se convirtió en un punto ideal para descansar en un largo viaje por los Alpes y, al mismo tiempo, disfrutar de vistas panorámicas a la mole de hielo que estaba a pocos metros de la puerta de ingreso.
Pero, por una serie de sucesos, en la que se incluye el retroceso extremo del glaciar, el Hotel Belvédère perdió popularidad durante la segunda mitad del siglo XX y cerró en más de una oportunidad.
Motivado por la belleza del lugar y por la reciente inauguración de la ruta del puerto de Furka, que ocurrió en 1867, Josef Seiler tomó la decisión de construir un pequeño albergue de montaña en una de las curvas del camino, que une el valle del Valais con el valle del Uranaise.
Así, el hospedaje se inauguró en 1882. De todas formas, debido a sus características y la baja cantidad de huéspedes, no se lo consideró un hotel hasta 1890, cuando se sometió a su primera expansión.
Una vez que inició el siglo XX, el Hotel Belvédère, que en esa época no tenía electricidad ni agua corriente, recibió un segundo trabajo de modernización, mediante el cual pudo expandir su capacidad a 90 huéspedes en 1907.
Finalmente, fue en esta época que la famosa construcción se convirtió en un hospedaje de lujo, con todas las comodidades, ideal para descansar luego de un largo viaje por los Alpes, con vistas directas al glaciar del Ródano.
El apogeo del Hotel Belvédère inició en la década de 1910 y se intensificó durante las décadas posteriores, gracias a la inauguración de un servicio de autobús local en 1921 y la construcción de dos líneas ferroviarias en las inmediaciones, hacia 1930.
Incluso, este sitio conservó su popularidad luego de la Segunda Guerra Mundial. En aquellos años, recibía miles de viajeros cada año y se transformó en el punto de partida de múltiples senderos de montaña.
Pero, durante la segunda mitad del siglo XX, el panorama cambió por completo. Al día de hoy existen muchos motivos que explican el declive del hotel, pero hay dos principales:
Por los motivos mencionados, el Hotel Belvédère se sumergió en un mar de problemas que desencadenaron su primer cierre, en el inicio de la década de 1980.
Ocho años después, una nueva familia lo compró y se esforzó en restaurar cada rincón del antiguo edificio. Tras 24 meses de trabajo, el hospedaje reabrió en 1990 y así permaneció hasta 2015, cuando volvió a cerrar. Desde entonces, el sitio continúa en pie, con sus carteles correspondientes, a la espera de una nueva apertura.
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