A pocos kilómetros de Buenos Aires, en el corazón del Partido de La Costa, se encuentra La Lucila del Mar, un balneario que conserva la esencia de un destino familiar y tranquilo. Aunque hoy es visitada por turistas de todas partes, su historia comenzó hace casi un siglo, cuando los primeros loteos transformaron la zona de médanos y bosques en una villa balnearia.
El origen del nombre La Lucila del Mar
El nombre de este balneario tiene una curiosa historia. Se eligió en honor a Lucila Costa, hija de un empresario vinculado a la venta de tierras en la zona, y con el tiempo se consolidó como identidad del lugar. La referencia “del Mar” se agregó para diferenciarla de La Lucila, localidad ubicada en Vicente López, dentro del conurbano bonaerense.
Con el paso de los años, la villa comenzó a crecer lentamente. En sus inicios, era una zona casi desierta, con médanos y casas bajas rodeadas de pinos. La llegada de turistas, sobre todo en la década de 1940, marcó el inicio de su desarrollo como balneario.
La Lucila del Mar hoy: un balneario familiar
Actualmente, La Lucila del Mar es conocida por su ambiente sereno y sus playas amplias, donde el ruido de la ciudad parece quedar atrás. Se destaca por:
- Sus bosques de coníferas que aún conservan parte del paisaje original.
- La tranquilidad de sus calles, con casas bajas y pocas construcciones altas.
- Su muelle de pesca, inaugurado en 1959, que se convirtió en un símbolo del lugar.

A diferencia de otros balnearios más concurridos del Partido de La Costa, La Lucila mantiene un ritmo pausado, lo que la convierte en una opción elegida por quienes buscan descanso y contacto con la naturaleza.
Un lugar con encanto propio
Más allá de sus playas, La Lucila del Mar conserva la impronta de un destino tradicional. En verano, recibe visitantes que disfrutan de caminatas por el bosque, atardeceres frente al mar y jornadas de pesca en el muelle. En invierno, el silencio y la calma hacen del balneario un sitio ideal para quienes prefieren la tranquilidad absoluta.
Así, entre historia, naturaleza y mar, La Lucila del Mar se mantiene como uno de los tesoros más serenos de la costa argentina, un lugar que combina identidad, paisaje y hospitalidad.
