A pocos kilómetros de Roma, en la cima de una colina desde la que se puede ver el lago Albano, se encuentra el Palacio de Castel Gandolfo. Esta residencia es elegida desde hace siglos por los papas para descansar, especialmente durante los meses más calurosos del verano.
El edificio principal se ubica en el centro del pueblo de Castel Gandolfo, una localidad pintoresca y tranquila que forma parte de los llamados Castelli Romani, un grupo de municipios de la ciudad metropolitana de Roma.

Si bien pertenece al Estado de la Ciudad del Vaticano, el palacio está separado del territorio donde se encuentra la Basílica de San Pedro. Y curiosamente es más grande que la misma Sede Papal, que tiene 44 hectáreas contra las 55 del palacio de veraneo.
¿Desde cuándo se utiliza el Palacio de Castel Gandolfo como residencia de verano?
El palacio fue construido hace más de 500 años y se asienta sobre restos de una antigua villa del emperador romano Domiciano. A lo largo de los siglos, fue ampliado y decorado, hasta convertirse en un verdadero refugio papal, con jardines, huertas y hasta una pequeña granja.

Por el año 1626, Urbano VIII fue el primer papa en utilizar la residencia como lugar de descanso. Inauguró, sin quererlo, una tradición, ya que hasta el día de hoy la mayoría de los papas utilizaron Castel Gandolfo para disfrutar del verano.
Pero allí no solo descansaban, sino que también recibían visitas oficiales y, en algunos casos, tomaban decisiones importantes para la Iglesia. Uno de los momentos más recordados fue en 2013, cuando el papa emérito Benedicto XVI se refugió en el palacio tras su histórica renuncia.
Sin embargo, desde 2016, el papa Francisco decidió no hacer uso del lugar y abrirlo al público como museo. Hoy, cualquier visitante puede recorrer el enorme predio que supera en 11 hectáreas al Vaticano.
¿Qué se puede ver en el palacio de veraneo del papa?

El complejo papal de Castel Gandolfo múltiples áreas que hoy pueden visitarse gracias a la apertura al público impulsada por el Papa Francisco. El conjunto está formado por tres villas históricas:
- Villa Barberini, con sus jardines monumentales y su diseño paisajístico del siglo XVII.
- Villa Cybo, que cuenta con huertas y espacios privados.
- Villa Domiciana, la que está construida sobre los restos de una antigua residencia imperial romana.
Puntualmente, los Jardines de la Villa Barberini ocupan 30 hectáreas con terrazas, fuentes, esculturas y restos arqueológicos del emperador Domiciano. Y a pesar de su extensión, no es el único atractivo.
Castel Gandolfo también cuenta con una granja que produce alimentos orgánicos como leche, miel, frutas y verduras, además de un observatorio astronómico fundado en 1930 que continúa en actividad científica. Las salas papales, por su lado, incluyen dormitorios, oratorios y espacios de trabajo del Sumo pontífice.

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