Rijeka, una de las ciudades portuarias más importantes de Croacia, guarda una historia inesperada que la conecta con uno de los episodios más impactantes del siglo XX: el naufragio del Titanic.
Aunque suele ser conocida por su puerto y su cultura, también es el lugar donde se conserva uno de los pocos chalecos salvavidas originales del transatlántico hundido en 1912.
La historia que conecta al Titanic con la ciudad croata
Para entender esta relación, hay que volver al viaje del Carpathia, el barco que rescató a los pasajeros del Titanic. Esa noche, el buque respondía a la llamada de emergencia cuando se dirigía desde Nueva York hacia Rijeka, su destino final.
Tras auxiliar a los sobrevivientes, regresó temporalmente a Estados Unidos, pero luego retomó su ruta hacia la actual Croacia. Entre su tripulación viajaba Josip Car, un joven camarero que participó en las tareas de rescate y conservó un chaleco salvavidas como recuerdo.
Mirá También
RMS Carpathia: la desconocida historia del barco que salvó a 712 pasajeros del Titanic en 1912
Décadas más tarde, lo donó a la ciudad. Hoy, esta pieza única se exhibe en el Museo Marítimo y de Historia del Litoral Croata. Lo más sorprendente es que es uno de los cinco chalecos auténticos confirmados del Titanic y el único en exposición permanente en Europa.
La pieza se convirtió en una de las grandes atracciones de la ciudad, especialmente para quienes desean conocer más sobre la historia del Titanic sin viajar a museos de Estados Unidos o Reino Unido.
Más curiosidades de Rijeka
Además de su sorpresivo vínculo con el Titanic, la ciudad de Rijeka reúne otras curiosidades que la vuelven única en Croacia:
- Una torre inclinada propia: la Iglesia de la Asunción se inclina 40 centímetros, rivalizando con Pisa pero en versión croata.
- Un rascacielos marcado por la historia: el Hotel Neboder fue construido en la antigua frontera entre Italia y Yugoslavia, en un proceso atravesado por tensiones políticas y tragedias personales.
- El primer torpedo de la historia: el invento que cambió la historia militar fue diseñado en la década de 1860 por Robert Whitehead y Giovanni Lupis.
A esto se suman otros rasgos que fortalecen su identidad. La ciudad fue Capital Europea de la Cultura en 2020, un reconocimiento a su escena artística y a su diversidad social. Y para los amantes de la tecnología retro, Rijeka ofrece una sorpresa más: Peek&Poke, el único museo de informática de Croacia, donde se pueden probar consolas clásicas y explorar los orígenes de la computación.