En el pequeño pueblo de Whittier, situado en Alaska, Estados Unidos, existe un edificio que desafía los conceptos tradicionales de comunidad y vivienda: las Begich Towers. Este conjunto habitacional no solo alberga a la mayoría de los 300 habitantes de la localidad, sino que funciona como un pequeño mundo autosuficiente bajo un mismo techo.
Construido en 1957 y originalmente conocido como Harlow Building, al edificio lo diseñó Ejército de los Estados Unidos durante la Guerra Fría. Su propósito inicial era proporcionar alojamiento seguro y eficiente para los trabajadores y militares que operaban en la zona, extremadamente remota y con condiciones climáticas adversas. Con el paso de los años, se transformó en el hogar central de Whittier, generando una comunidad única donde todos comparten la misma infraestructura.
El Begich Towers tiene 14 pisos, más de 150 departamentos y una estructura que integra servicios esenciales como supermercado, consultorio médico, oficina postal, lavandería y hasta un gimnasio. Esta disposición permite que sus habitantes puedan cubrir casi todas sus necesidades sin salir del edificio, un concepto que lo hace único en Estados Unidos y el mundo.
Historia y curiosidades del edificio

La historia del Begich Towers está marcada por su adaptabilidad y singularidad. Originalmente planeado para un propósito militar, el edificio se transformó en un símbolo de resiliencia y vida comunitaria en condiciones extremas. Algunas de sus características más llamativas incluyen:
- Ubicación: Se encuentra en la Bahía de Prince William, un área aislada y propensa a intensas nevadas.
- Autosuficiencia: Sus habitantes prácticamente pueden vivir todo el año sin salir del edificio, gracias a los servicios internos.
- Conexión con la ciudad: Todos los caminos y servicios externos del pueblo se conectan directamente con la entrada principal del edificio, consolidando su rol como núcleo de Whittier.
El edificio también se destaca por su peculiaridad turística: quienes visitan Whittier suelen detenerse frente a las Begich Towers para admirar su diseño funcional y su historia, que refleja la capacidad de adaptación humana frente a condiciones extremas.
Vivir en Begich Towers: una experiencia única

Vivir en Begich Towers implica compartir más que espacios físicos; significa ser parte de una comunidad cerrada pero solidaria. Los residentes conviven en estrecho contacto diario, celebran festividades juntos y dependen mutuamente para mantenerse conectados con el exterior. Esta experiencia de vida ha despertado el interés de arquitectos, viajeros y medios de comunicación internacionales, que destacan la rareza y la eficiencia del concepto.
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Quienes desean visitar el edificio pueden hacerlo como parte de un recorrido turístico por Whittier. Aunque los apartamentos son privados, la zona común y los alrededores permiten a los visitantes observar la vida dentro de este singular rascacielos residencial. Además, el contraste entre el frío ártico y la calidez humana que se percibe en Begich Towers convierte la visita en un recuerdo memorable.
