A orillas del río Couesnon, en la región francesa de Normandía, se encuentra un lugar que parece salido de un cuento medieval: la Abadía del Monte Saint Michel. Este monasterio de más de 1.000 años domina la pequeña isla del mismo nombre y fue, durante siglos, un importante centro religioso, cultural y militar.
En la actualidad, es uno de los monumentos más visitados de Francia y forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad declarado por la UNESCO en 1979.
Quienes la visitan, quedan fascinados por su arquitectura imponente, su ubicación cambiante —según suba o baje la marea— y su historia, marcada por transformaciones políticas y religiosas que atravesaron toda Europa.
¿Cuándo se inauguró la Abadía del Monte Saint Michel?
La historia de la Abadía del Monte Saint Michel comienza con una visión. Según la tradición, el obispo Aubert de Avranches recibió en sueños la orden del arcángel Miguel de construir un santuario en lo alto del islote rocoso. La primera iglesia fue consagrada en el año 709, pero fue en 966 cuando se fundó formalmente la abadía benedictina.
Durante siglos, el lugar funcionó como centro de peregrinación y símbolo de resistencia, especialmente durante la Guerra de los Cien Años, cuando resistió varios ataques ingleses. En el siglo XIX, tras la Revolución Francesa, se convirtió en prisión. Para 1874 fue declarado monumento histórico y comenzó un largo proceso de restauración.
Hoy, la abadía destaca en su arquitectura por combinar elementos románicos y góticos. Esto atrae a millones de turistas que llegan para recorrer sus pasillos, claustros y miradores con vista al mar.
¿Cuál era el nombre original de la abadía francesa? (y otros datos curiosos)
La Abadía del Monte Saint Michel no solo se destaca por su historia, sino también por sus características arquitectónicas y geográficas que la hacen única en el mundo. Entre sus muchos datos curiosos, están:
- El nombre original: Mont Tombe, hasta que se la rebautizó en honor al arcángel Miguel.
- La altura de la aguja central: 157 metros sobre el nivel del mar.
- La transformación diaria: la isla queda completamente aislada durante las pleamares, convirtiéndola en una fortaleza natural.
- El estilo arquitectónico: combina construcciones románicas, góticas y neogóticas, desarrolladas entre los siglos X y XIX.
- La importancia cultural: sigue siendo un lugar de culto, con presencia monástica desde hace más de mil años.
Según la administración oficial del sitio, la restauración continua y los trabajos de conservación permiten mantener su estructura en óptimo estado, y hoy la Abadía es símbolo de identidad nacional francesa.
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