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Pasaje Roverano, una galería detenida en el tiempo

Ubicado en la Avenida de Mayo, junto al Cabildo porteño, mantiene todo su esplendor y guarda algunos secretos.
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La ciudad de Buenos Aires tuvo a lo largo de su historia majestuosas construcciones históricas tales como galerías, pasajes, y calles. Entre estos se destaca el mítico Pasaje Roverano, emplazado en Av. de Mayo 560.

Todavía se aprecian sus vitrales, vidrieras curvas, mármoles y maderas de lujo (Foto: Instagram @largo.metraje)

Su segunda inauguración fue en el año 1918 en Avenida de Mayo 560 y es el primero de los tres pasajes construidos sobre la avenida. Luego se sumaron el Palacio Urquiza Anchorena (Avda. de Mayo 747, que data de 1921) y el Palacio Barolo (Avda. de Mayo 1370, inaugurado en 1923).

Para llegar a este histórico sitio hay dos formas. Por un lado, por la entrada principal de Avenida de Mayo al 560 o, curiosamente, a través del subte: con cualquiera de los dos ascensores que hay en cada piso y desde la planta baja se accede a la estación Perú del subte A.

¿Cuál es la historia del Pasaje Roverano?

Pasaje Roverano
Con tres toldos, el primer pasaje Roverano, creado en 1878. (Foto: Archivo General de la Nación)

La historia de este lujoso pasaje comenzó con Angel y Pascual Roverano. Estos hermanos eran descendientes de una acaudalada familia italiana, y fue en 1878 que construyeron un edificio de dos plantas junto al Cabildo, donde solían funcionar los tribunales. En la planta baja se instalaron oficinas de abogados y en el primer piso habitaciones para vivienda. Con la apertura de la Avenida de Mayo, la antigua construcción fue desalojada y perdió parte de su frente.

En el año 1912 comenzó la remodelación a cargo del arquitecto francés Eugenio Gantner. La reconstrucción tomó seis años y se utilizaron materiales de lujo importados de Europa. Finalmente, el Roverano se inauguró por segunda vez en 1918.

Los secretos del Pasaje Roverano

La antigua barbería

Desde su segunda inauguración, el Pasaje Roverano protagonizó escenas de películas y visitas de personajes populares. Una de ellas tiene por protagonista a Antoine de Saint-Exupéry, quien trabajó para la Compañía Aérea Nacional que tenía su sede en el segundo piso, y solía pasar a buscar las sacas de correo para hacer de cartero aéreo, en su monoplano, entre la Capital y la Patagonia.

Otra de las reconocidas anécdotas involucra al Papa Francisco. En sus tiempos de Arzobispo de Buenos Aires, se cortaba el pelo en La Barbería de Montserrat, el local que durante más de medio siglo ocupó la entrada de la galería. Sus primeros dueños fueron los hermanos Smiriglio y luego la familia Romano.

Luego, el actual Papa almorzaba en Café Bar Old Times, ubicado también en los recintos del pasaje.

Además, este pasaje fue escenario de varias películas por su ambientación majestuosa. Entre las producciones se encuentran La Señal, dirigida y protagonizada por Ricardo Darín, y Los Dos Papas, que aborda parte de la vida del Papa Francisco.


Fuente: Buenos Aires Ciudad

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