La historia de Borges y María Kodama trasciende lo personal para convertirse en un capítulo inolvidable de la literatura argentina. Jorge Luis Borges, considerado uno de los escritores más importantes en lengua española, encontró en María Kodama a su compañera inseparable en los últimos años de su vida.
Él había nacido en 1899, en Buenos Aires, y su obra marcó la literatura universal con títulos como El Aleph y Ficciones. Ella, hija de padre japonés y madre argentina de ascendencia germana, nació en 1937, en la misma ciudad. Amante de la literatura y traductora, fue alumna del escritor en la Universidad de Buenos Aires.
Cómo se conocieron Borges y María Kodama
El primer encuentro se dio en la década de 1970, cuando Kodama asistía a las clases que Borges dictaba en la facultad. Con el tiempo, comenzó a acompañarlo como asistente en conferencias y viajes al exterior. Compartieron recorridos por Estados Unidos y Europa, donde fortalecieron su vínculo personal y profesional.
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Pese a la diferencia de edad de casi 40 años, Borges y Kodama desarrollaron una relación basada en la admiración, la complicidad intelectual y la pasión por la lectura. Para muchos, María fue no solo el amor de su vida, sino también la persona que lo ayudó a sobrellevar la ceguera y el paso del tiempo.
Un matrimonio discreto y sin hijos
En 1986, poco antes de la muerte del escritor, Borges y María Kodama se casaron en Asunción, Paraguay, mediante poderes. Fue una ceremonia sencilla que confirmó oficialmente lo que ya vivían desde hacía tiempo: una unión indisoluble.
No tuvieron hijos, y Kodama quedó como heredera universal de la obra de Borges, tarea que asumió con dedicación y que la llevó a ser una figura clave en la preservación y difusión del legado literario del autor.
Algunos datos destacados de esta historia de amor son:
- Jorge Luis Borges: nació en Buenos Aires en 1899 y murió en Ginebra en 1986.
- María Kodama: nació en Buenos Aires en 1937 y falleció en 2023.
- Casamiento: se realizó en marzo de 1986, en Paraguay.
El legado compartido
Tras la muerte de Borges, María Kodama se dedicó a custodiar y promover su obra a través de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. En entrevistas, siempre lo describió como un hombre apasionado por las palabras y lleno de ternura.
Así, la historia de Borges y María Kodama no fue solo un romance, sino también una alianza cultural que unió a dos vidas en torno a la literatura y que aún hoy despierta fascinación en lectores de todo el mundo.