La historia de Güemes y Puch comenzó en Salta, a principios del siglo XIX, en pleno contexto de luchas por la independencia. Él era un joven militar decidido y valiente, y ella, una joven de 18 años, perteneciente a una familia tradicional. A pesar de las diferencias sociales y los prejuicios de la época, se enamoraron profundamente.
Martín Miguel de Güemes tenía 29 años cuando conoció a Carmen, y apenas un año después, en 1815, se casaron. Su boda fue una de las más comentadas del momento. El General Manuel Belgrano, testigo del casamiento, se mostró sorprendido por la unión, ya que no aprobaba del todo que un líder militar comprometido con la patria también tuviera tiempo para el amor. Sin embargo, esa historia se impuso a todos los obstáculos.
Algunos datos sobre la historia de Güemes y Puch
- Se casaron en 1815, en Salta.
- Tuvieron tres hijos: Martín del Milagro, Luis e Ignacio.
- Carmen Puch falleció en 1885, tras 64 años de viudez.
Güemes y Puch: un matrimonio atravesado por la lucha
El matrimonio de Güemes y Puch estuvo marcado por la distancia y las ausencias. Él pasaba largas temporadas en campaña militar, defendiendo el norte argentino de las invasiones realistas. Mientras tanto, Carmen lo esperaba en Salta, con una paciencia admirable, acompañando desde las sombras y manteniéndose fuerte por su familia.

Durante los siete años que duró su unión, tuvieron tres hijos. Sin embargo, el destino les tenía preparada una despedida dolorosa. En 1821, Martín Miguel de Güemes murió tras ser herido por las tropas realistas en la Quebrada de la Horqueta. Su fallecimiento dejó a Carmen devastada.
Carmen Puch, la mujer que eligió el silencio
Carmen quedó viuda a los 25 años. La muerte de Güemes la marcó profundamente, al punto de que eligió vestir de negro por el resto de su vida y no volvió a casarse. Se alejó de la vida pública y vivió en la más estricta reserva hasta su fallecimiento, en 1885. Tenía 88 años.
Se sabe muy poco sobre su vida después de la pérdida de su esposo. Su figura permaneció en las sombras, aunque su amor silencioso y su fidelidad la convirtieron en parte esencial de una historia que también hizo patria.

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