La historia de Silvina Ocampo y Bioy Casares es una historia de amor tan singular como ellos mismos. Ella, autora de cuentos, poesía y pintura; él, novelista de culto y amigo inseparable de Borges. Su alianza sentimental comenzó en 1933, cuando ella tenía 30 años y él apenas 19. Fue un encuentro que incluyó desde lenguajes secretos hasta controversias activas.
Ocampo y Bioy Casares: una relación compleja
Antes de casarse en 1940 —una unión que reflejaba tanto afecto como pragmatismo— vivieron juntos en la estancia “Rincón Viejo”, aislados del mundo, donde se consolidó su vínculo literario y personal. A lo largo de los años, su relación estuvo marcada por la infidelidad abierta de Bioy, un rasgo que Silvina toleraba con silenciosa dignidad. Silvina convirtió esa tensión en materia prima para su obra literaria.
Compartiendo la literatura y la vida
Además de su vínculo, tuvieron una familia improvisada: en 1954 nació Marta, hija extramatrimonial de Bioy, a quien Silvina adoptó y crió como propia, demostrando una generosidad y resiliencia conmovedoras. Como pareja, colaboraron también en proyectos literarios: un ejemplo es su novela policial Los que aman odian (1946).
Datos destacados sobre esta unión singular
- Encuentro inicial: 1933, en una cancha de tenis —ella de 30, él de 19
- Matrimonio: 1940, tras siete años juntos, con Borges entre los testigos.
- Hija adoptiva: Marta, nacida en 1954, criada por Silvina como suya.
El amor de Ocampo y Bioy Casares resistió hasta el final
Silvina Ocampo falleció en 1993, tras una vida literaria intensa y un matrimonio complejo. Bioy la sobrevivió seis años. Su historia reúne paradojas: un vínculo sólido cimentado en la literatura, un amor no convencional y con fisuras, y la fuerza de dos voces que, desde la escritura, se mantuvieron juntas hasta el final.
