En la historia argentina, José María Paz es recordado como uno de los grandes estrategas militares del siglo XIX. Sin embargo, detrás de su figura pública se esconde una historia de amor que atravesó obstáculos, desafíos y un contexto de guerra permanente. Su vínculo con Margarita Weild no solo llamó la atención por su profundidad y fidelidad, sino también por el hecho de que ella era su sobrina política y 26 años menor que él.
Este amor comenzó en secreto, creció en medio del conflicto y terminó sellado para siempre en el mismo mausoleo. El romance entre Paz y Weild se sostiene como un testimonio de lealtad y devoción en uno de los períodos más convulsionados de la historia argentina.
Tres datos sobre la historia de Paz y Weild
- Se conocieron en Córdoba, cuando ella tenía 15 años y él 41.
- Se casaron en 1841, en Uruguay, durante el exilio del general.
- Fallecieron con un año de diferencia y hoy descansan juntos en un mausoleo en el Cementerio de la Recoleta.
Cómo comenzó la relación entre Paz y Weild
José María Paz conoció a Margarita Weild en Córdoba, cuando ella tenía apenas 15 años. Él, en cambio, ya era un general de renombre, con 41 años y una larga trayectoria en las guerras de independencia. A pesar de la diferencia de edad, entre ellos nació una relación afectiva intensa, que se consolidó en los años siguientes.
El vínculo se mantuvo en secreto durante mucho tiempo, especialmente porque Margarita era sobrina de Josefa Paz, esposa del general. Años más tarde, luego de que Paz enviudara, la relación se formalizó y la pareja contrajo matrimonio en 1841, durante el exilio del general en Uruguay.
Paz y Weild: amor, cartas y prisión
Durante los años de guerra, Paz fue apresado por el bando federal y pasó años en cautiverio. En ese contexto, Margarita no lo abandonó: pidió permiso para convivir con él en prisión y se convirtió en su sostén emocional.
El general le escribía con frecuencia, y esas cartas aún se conservan como una muestra del afecto y la admiración mutua. En ellas, Paz se refería a Margarita con ternura y respeto, agradeciendo su compañía constante en los momentos más difíciles.
El legado de un amor para siempre
Tras la muerte de José María Paz, en 1854, Margarita vivió un año más. Fue ella quien decidió que sus restos descansaran juntos en el Cementerio de la Recoleta, bajo una lápida que lleva el nombre de ambos.

A pesar de haber vivido en tiempos de guerras civiles, destierros y conflictos políticos, la relación entre Paz y Weild se mantuvo firme hasta el final. Es por eso que su historia trascendió lo íntimo y se transformó en un ejemplo de amor incondicional entre los próceres argentinos.

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