Wolfgang Amadeus Mozart, uno de los compositores más brillantes de la historia, no solo dejó un legado musical incomparable, sino también una historia de amor digna de ser recordada. Su vínculo con Constanze Weber, una joven cantante alemana, estuvo lleno de pasión, complicidad y desafíos. Mozart y su esposa conocieron en 1777, cuando el compositor visitó a la familia Weber en Mannheim.
En ese momento, él estaba interesado en Aloysia, hermana mayor de Constanze, pero el destino lo llevó a enamorarse de la menor. Tras reencontrarse en Viena años después, comenzaron una relación que superó las críticas familiares y las dificultades económicas.
Mozart y su esposa: una boda que rompió prejuicios
La pareja se casó el 4 de agosto de 1782 en la Catedral de San Esteban de Viena. La decisión fue apresurada y sin la aprobación de la madre de Constanze, quien desconfiaba de la estabilidad económica del compositor. Sin embargo, su amor fue más fuerte.
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Constanze no solo fue esposa, sino también apoyo constante en la carrera de Mozart. Cuidaba de su salud, organizaba su vida doméstica y, en muchas ocasiones, gestionaba compromisos musicales.
- Fecha de boda: 4 de agosto de 1782.
- Hijos: tuvieron seis, aunque solo dos sobrevivieron a la infancia.
- Lugar clave: Viena, epicentro de su vida juntos.
Un amor entre música y cartas apasionadas
Las cartas de Mozart a Constanze revelan el lado más romántico e incluso travieso del compositor. Expresaban cariño, humor y complicidad, mostrando que su relación estaba llena de cercanía emocional.
Pese a sus problemas económicos y la presión que suponía su carrera, la pareja se mantuvo unida. Constanze incluso inspiró algunas de las obras más delicadas y emotivas de Mozart.
La vida de Constanze tras la muerte de Mozart
Mozart murió el 5 de diciembre de 1791, a los 35 años, dejando a Constanze viuda con dos hijos pequeños. Lejos de quedarse en la sombra, ella se dedicó a preservar y difundir la obra de su esposo, organizando conciertos con su música y asegurando que su legado perdurara.
Su historia demuestra que detrás del genio musical hubo una relación marcada por el amor, la colaboración y la resiliencia. Mozart y Constanze compartieron alegrías, penas y una vida en la que la música siempre fue protagonista.