Zelda y Francis Scott Fitzgerald fueron una de las parejas más famosas de la literatura del siglo XX. Su historia de amor estuvo llena de pasión, talento, excesos y un destino trágico. Fueron protagonistas de una época marcada por los llamados Años Locos. Ambos vivieron con intensidad su romance y su carrera, convirtiéndose en íconos de una generación que buscaba romper con las tradiciones.
Él, uno de los escritores más destacados de Estados Unidos, es recordado por novelas como El gran Gatsby. Ella, artista, escritora y bailarina, fue considerada por su esposo como “la primera flapper americana”. Su historia estuvo atravesada por el amor, pero también por conflictos personales y profesionales.
Cómo se conocieron Zelda y Francis Scott Fitzgerald
La relación comenzó en 1918, cuando Scott, un joven aspirante a escritor, conoció a Zelda, hija de un juez de Alabama. Al poco tiempo se comprometieron, aunque ella puso como condición que solo se casaría si él lograba reconocimiento literario.
Ese momento llegó en 1920 con la publicación de A este lado del paraíso, la primera novela de Fitzgerald, que fue un éxito inmediato. Ese mismo año se casaron en Nueva York y pronto se convirtieron en una pareja célebre en la escena cultural estadounidense y europea.
Un amor marcado por el arte y los excesos
La vida de Zelda y Francis Scott Fitzgerald estuvo ligada al arte, los viajes y las fiestas. Vivieron en ciudades como París, Roma y la Riviera Francesa, rodeados de artistas e intelectuales como Ernest Hemingway y Gertrude Stein.
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Sin embargo, el éxito también trajo consigo problemas: Scott comenzó a luchar contra el alcoholismo y Zelda padeció episodios de inestabilidad mental, lo que la llevó a múltiples internaciones. A pesar de las dificultades, ambos continuaron creando y dejando huella en la cultura.
Algunos hitos de su vida en común fueron:
- 1920: publicación de A este lado del paraíso y matrimonio en Nueva York.
- 1921: nace su única hija, Frances Scott “Scottie” Fitzgerald.
- 1925: se publica El gran Gatsby, considerada la obra maestra de Scott.
El legado de los Fitzgerald
La relación entre Zelda y Francis Scott Fitzgerald fue tan intensa como turbulenta. Él falleció en 1940, a los 44 años, en plena escritura de El último magnate. Zelda murió en 1948 en un incendio en un hospital de Carolina del Norte.
Hoy en día, su historia sigue despertando interés. No solo como autores —Scott ocupa un lugar central en la literatura norteamericana y Zelda fue revalorizada como artista y escritora—, sino también como símbolos de una época donde el amor y el exceso se confundían con la búsqueda de libertad.
