María Antonieta de Austria es uno de los nombres más recordados de la historia europea. Hija de la emperatriz María Teresa de Austria y Francisco I, fue enviada a Francia a los 14 años para sellar una alianza política a través de su matrimonio con el futuro rey Luis XVI. Aquella unión, celebrada en 1770 en Versalles, buscaba reforzar los lazos entre dos potencias históricamente enfrentadas.
Pero más allá de los protocolos, la relación entre ambos estuvo marcada por la distancia emocional.
El matrimonio con Luis XVI
Luis XVI, de carácter tímido y reservado, heredó el trono en 1774. Su vínculo con María Antonieta, aunque correcto en lo formal, fue distante en lo íntimo. Los primeros años carecieron de herederos, algo que generó tensiones en la corte. Finalmente, la pareja tuvo cuatro hijos: María Teresa, Luis José, Luis Carlos y Sofía Beatriz.
A pesar de esto, las crónicas de la época y las cartas personales sugieren que la reina sentía que su vida sentimental no estaba completa. La soledad y la presión política la acercaron a nuevas amistades… y a un vínculo que se convirtió en leyenda.
El verdadero amor de María Antonieta
En 1774, la reina conoció al conde sueco Hans Axel de Fersen, un diplomático y militar de gran elegancia y prestigio. La relación entre ambos fue cercana y, según varios historiadores, traspasó los límites de la amistad.
Las cartas que intercambiaron, descubiertas siglos después y analizadas con tecnología de rayos X para revelar pasajes censurados, muestran expresiones apasionadas como “Amado mío” o “A usted, para siempre”.

Si bien nunca hubo una confesión oficial, muchos sostienen que Fersen fue el gran amor de su vida y que incluso podría haber sido el padre de su segundo hijo varón, Luis Carlos.
Un vínculo que sobrevivió a la historia
- 1770: María Antonieta se casa con Luis XVI.
- 1774: conoce a Hans Axel de Fersen.
- 1793: la reina es ejecutada en la guillotina.

Fersen permaneció fiel a su memoria hasta su muerte en 1810. Incluso intentó rescatar a la familia real durante la Revolución Francesa, organizando planes de fuga que en su mayoría fracasaron.
Hoy, la historia de María Antonieta no solo se recuerda por su final trágico, sino también por este romance que, real o legendario, sigue fascinando a historiadores y amantes de los grandes relatos.
