Los trenes a vapor, los primeros en conquistar largas distancias sobre rieles, funcionaban gracias a una combinación de fuego, agua y presión. Aunque hoy suenen a cosa de museo, durante más de un siglo fueron protagonistas del transporte en Argentina y el mundo.
¿Cómo funcionaban? El sistema era, a la vez, simple y brillante: se calentaba agua en una gran caldera ubicada en la locomotora, se generaba vapor a alta presión y ese vapor hacía mover unos pistones que impulsaban las ruedas. Era una cadena de energía visible: del carbón al movimiento, con mucho humo en el medio. Y aunque podrían parecer lentos, en realidad alcanzaban velocidades de hasta 100 km/h.
Estos trenes no solo cambiaron la manera de viajar: también revolucionaron la forma de producir y transportar bienes. En sus primeros años, eran símbolo de modernidad, desarrollo y conexión entre regiones lejanas. En Argentina, la llegada del ferrocarril marcó el inicio de una nueva era.
¿Cuándo llegaron los trenes a vapor a Argentina?

En Argentina, los trenes a vapor comenzaron a funcionar en 1857, cuando el Ferrocarril del Oeste unió El Parque (donde hoy está el Teatro Colón) con La Floresta, en la actual Ciudad de Buenos Aires. Fue el primer viaje oficial, y marcó el inicio de una red que llegaría a tener más de 40.000 kilómetros de vías en todo el país.
La Patagonia fue uno de los destinos más desafiantes y emblemáticos. El famoso "La Trochita", también conocido como Viejo Expreso Patagónico, conectaba Esquel con Ingeniero Jacobacci, y todavía hoy funciona como tren turístico. Otro ejemplo es el Tren del Fin del Mundo, en Ushuaia, que transportaba presos y leña, y hoy revive la historia con fines recreativos.
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Datos curiosos sobre el sistema ferroviario argentino

Estos trenes no solo marcaron hitos locales, como en la Patagonia, sino que también fueron parte de una red nacional que transformó el país. Entre los puntos principales del sistema ferroviario argentino, se cuentan:
- A fines del siglo XIX, Argentina tenía más de 9.000 kilómetros de vías y se posicionaba como uno de los países con mayor desarrollo ferroviario de América Latina.
- Las principales líneas fueron construidas con capital británico, y estaban pensadas para conectar los centros agrícolas del interior con los puertos del litoral.
- En su apogeo, durante la década de 1940, la red ferroviaria argentina era la octava más grande del mundo.
- El ferrocarril fue clave para el poblamiento de nuevas regiones, ya que muchas localidades crecieron alrededor de estaciones ferroviarias, que eran el nexo con el resto del país.
Aunque ya no se usan para el transporte regular, los trenes a vapor siguen vivos en circuitos turísticos y museos ferroviarios de toda la Argentina. Su tecnología puede parecer antigua, pero fue clave para el desarrollo económico, social y territorial del país.

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