José de San Martín, el Libertador de América, nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, una localidad del actual Corrientes. Hijo de Juan de San Martín, un militar español destinado a gobernar esa región, y de Gregoria Matorras del Ser, su niñez estuvo marcada por muchos cambios.
A los seis años, la familia se trasladó a España, donde el joven José vivió alrededor de 27 años, de los cuales dedicó 22 al servicio en el ejército español. Allí completó sus primeros estudios y forjó el carácter militar que lo ayudaría en las luchas por la independencia de Sudamérica.
La infancia de José de San Martín
En su infancia convivió con sus padres, sus tres hermanos varones y una hermana. Justo Rufino, posiblemente su hermano más cercano, había nacido dos años antes que José y más tarde lo acompañó en su exilio en Europa, tanto en Bruselas como en París, hasta su fallecimiento en 1832.
Su padre, Juan de San Martín, había nacido en Palencia, España, en 1728 y fue nombrado teniente gobernador de Yapeyú. Su madre, Gregoria Matorras, también española, provenía de una familia con vínculos poderosos.
Durante su infancia en España, estudió en Málaga y en Madrid. Ya en 1789, con solo 11 años, se incorporó como cadete al Regimiento de Murcia, iniciando su formación militar.
La carrera militar del futuro libertador en España
Su trayectoria militar en la Península fue intensa y se extendió por más de dos décadas. Entre otros logros, participó en campañas en África, como en Melilla y Orán, y en importantes conflictos contra Francia.
Ya en 1808, con apenas 30 años, luchó en la Batalla de Bailén en el marco de las Guerras Napoleónicas, donde su actuación le valió una medalla de oro y el ascenso a teniente coronel. Antes había participado de la Batalla de Arjonilla y más tarde lo haría en Albuera, defendiendo a España de la ocupación francesa.
La vuelta de José de San Martín al Río de la Plata
En septiembre de 1811, con 33 años, solicitó el retiro del ejército español ─tras casi 22 años de servicio─ y viajó a Inglaterra, donde se reunió con compatriotas como Carlos de Alvear. Desde allí, el 9 de marzo de 1812, regresó al Río de la Plata a bordo de la fragata George Canning.
Una vez en Buenos Aires, el Primer Triunvirato lo encargó de crear el cuerpo de Granaderos a Caballo, una fuerza que sería clave en las campañas libertadoras. También fue uno de los miembros más importantes de la Logia Lautaro, una sociedad secreta que articuló la estrategia política y militar de la revolución.
