A solo 50 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en la localidad de Vicente Casares, se alza una construcción imponente, rodeada de campo, historia y leyendas. Se trata de la Estancia San Martín. Es una casona declarada Monumento Histórico Nacional que no solo fue propiedad del general José de San Martín, sino que también tuvo un rol clave en el desarrollo de La Martona, la primera empresa láctea industrial de Latinoamérica.
El lugar ha sido escenario de momentos importantes, tanto en la vida del prócer como en el crecimiento económico del país. Por eso, recorrer la estancia es, en cierto modo, volver a las raíces de la Argentina moderna: aquellas que combinan historia, producción y tradición rural.

Características históricas de la Estancia San Martín
- Propiedad original del general José de San Martín.
- Ubicación: Vicente Casares, partido de Cañuelas, provincia de Buenos Aires.
- Año clave: 1889, fundación de La Martona por Vicente Casares.
Una propiedad con huella sanmartiniana
La historia de la Estancia San Martín se remonta al siglo XIX, cuando el general José de San Martín adquirió estas tierras, ubicadas en el actual partido de Cañuelas. Aunque no vivió allí de forma permanente, el sitio formó parte de su patrimonio y es recordado como un símbolo de su legado en territorio bonaerense.

En ese entonces, las estancias eran el motor productivo del país. Tener una implicaba también formar parte del entramado social y económico de la élite argentina. Con el paso del tiempo, el lugar se fue transformando, pero la casona original y su entorno rural aún conservan el espíritu de época.
La Martona: el origen de la industria láctea en la región
Décadas después, la estancia fue adquirida por Vicente Lorenzo Casares, quien en 1889 fundó La Martona, la primera empresa láctea de Argentina y de toda Latinoamérica. Desde esta propiedad se distribuyó leche pasteurizada en carros con hielo, marcando un hito en la alimentación y la salud pública del país.

Gracias al impulso de Casares y la innovación tecnológica que trajo desde Europa, el establecimiento se convirtió en un modelo de producción, calidad y distribución. La Martona abastecía a Buenos Aires y dio origen a toda una industria que se desarrolló durante el siglo XX.

Hoy, la Estancia San Martín continúa de pie, rodeada de naturaleza y protegida por iniciativas locales que buscan preservar tanto el monte nativo como la memoria del lugar. Además de ser un ícono arquitectónico, forma parte del patrimonio cultural de la provincia y es un destino elegido para quienes quieren descubrir parte de la historia argentina desde otro ángulo.
