A lo largo de la historia, los partos fueron uno de los grandes desafíos para la humanidad. Durante siglos, cuando las complicaciones eran graves, la cesárea era una práctica a la que se recurría en casos extremos, aunque casi siempre terminaba con la muerte de la madre. Sin embargo, hacia el siglo XVI se registró el primer caso en el que tanto la mujer como el bebé lograron sobrevivir.
La primera cesárea de la historia
De acuerdo con diversos registros, la primera cesárea exitosa se realizó alrededor del año 1500, en Suiza. El protagonista fue Jacob Nufer, un castrador de cerdos que, ante la emergencia de un parto complicado de su esposa, decidió intervenirla quirúrgicamente. Sorprendentemente, tanto ella como el recién nacido sobrevivieron.
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Este hecho marcó un hito en la medicina. Hasta ese momento, la cesárea se practicaba principalmente cuando la madre ya había fallecido durante el parto, con el objetivo de salvar al bebé o por motivos religiosos. El caso de Nufer abrió la posibilidad de que la intervención pudiera convertirse en un procedimiento médico con éxito.
La evolución del procedimiento en la medicina moderna
Con el paso de los siglos, la técnica se perfeccionó. Uno de los grandes avances llegó en el siglo XIX, con la incorporación de la sutura uterina, que permitió reducir las hemorragias y aumentar las probabilidades de supervivencia.

En el siglo XX, la cesárea se consolidó como una práctica médica segura gracias al desarrollo de la anestesia, los antibióticos y las mejores condiciones de higiene en los hospitales. Hoy, en gran parte del mundo, es un procedimiento común y controlado que salva la vida de miles de madres y bebés cada año.
Datos destacados sobre la primera cesárea
- Lugar: Suiza.
- Año aproximado: 1500.
- Protagonistas: Jacob Nufer y su esposa.
- Avance clave posterior: introducción de la sutura uterina en el siglo XIX.
La primera cesárea exitosa no solo cambió la historia de la obstetricia, sino que abrió la puerta a nuevas prácticas médicas que garantizaron la vida en momentos críticos. Lo que comenzó como un acto desesperado en una pequeña aldea europea, hoy es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes y seguras del mundo.