En 1780, España destruyó el último asentamiento británico en las Malvinas (Puerto Egmont), acción que demostró la falta de soberanía británica sobre las islas. La inacción del Reino Unido ante estos hechos se interpreta como un reconocimiento tácito de la soberanía española. Soberanía que, luego de 1810, heredaría la República Argentina.
Siempre que surge el tema de la soberanía de Malvinas, el Reino Unido intenta justificar sus pretensiones ilegales sobre nuestras islas argumentando una supuesta soberanía previa. Pero diferentes hechos históricos demuestran la falsedad de los argumentos de los británicos. Lo sucedido con el asentamiento de Puerto de la Cruzada (Puerto Egmont) es un claro ejemplo.
El archipiélago de Malvinas fue descubierto por los españoles a comienzos del siglo XVI. Los británicos siempre tuvieron interés de apoderarse de las islas. En 1765 el Reino Unido instaló ilícitamente un asentamiento en las islas. Fue ilegal, porque al hacerlo violó varios tratados internacionales vigentes en ese momento. Por ese motivo, lo realizó de forma clandestina, para evitar una reacción española. Cuando los ibéricos lo descubrieron, expulsaron de su territorio a los británicos en 1770, quienes intentaron volver, pero se retiraron totalmente en 1774.
El 30 de junio de 1777, José de Gálvez, Ministro de Indias del Reino de España, envió una Real Orden al Virrey del Río de la Plata, Don Pedro de Cevallos, para que "procediese a quemar los edificios de toda clase que se hallaren concluidos o empezados, practicando lo mismo con los materiales que se encontrasen acopiados por el propio intento".
Esta orden fue cumplida el 17 de marzo de 1780 por una expedición bajo el mando de Juan Pascual Callexas, que destruyó el puerto y el fuerte que el Reino Unido había construido –clandestinamente– en Puerto de la Cruzada (Egmont) en la Isla Trinidad, un pequeño islote de la Gran Malvina.
De esta importante orden y de su ejecución se desprenden tres conclusiones relevantes:
Gran Bretaña abandonó Puerto Egmont en 1774, y desde esa fecha y durante 55 años no hubo presencia oficial británica en las islas, ni actos oficiales relativos a ellas y mucho menos actos efectivos de soberanía en ellas o con relación a ellas, sino todo lo contrario:
El abandono de 1774 no fue simplemente un retiro físico de Puerto Egmont sino que configuró un abandono total por parte de Gran Bretaña de toda reivindicación de las islas Malvinas.
Los 55 años sin ningún tipo de presencia u acto oficial británico frente a la presencia española de casi cuatro décadas, más los actos argentinos posteriores al inicio del proceso de independencia hasta 1829, muestran claramente no solo la ausencia de corpus posessionis británico, sino también la ausencia de intención de considerarse soberano.
Como lo expresó la Corte Internacional de Justicia en el asunto del Templo de Preah Vihear, nos encontramos aquí ante innumerables situaciones en las cuales “las circunstancias eran tales que exigían alguna reacción, durante un período razonable de tiempo, de parte de las autoridades”, y no lo hicieron.
Lo que la Corte Internacional de Justicia afirma se aplica totalmente al Reino Unido. Se trata de un reconocimiento tácito "mediante una falta de reacción, en una circunstancia que requería una reacción con el fin de afirmar o conservar un título frente a una obvia reivindicación rival".
En 1790 se firma un tratado entre Gran Bretaña y España, en cuyo artículo cuarto queda expresado que se respetaban las posesiones españolas en los mares del sur. Cincuenta años antes, el tratado de San Lorenzo de 1740 ya le había prohibido a Gran Bretaña asediar las costas de América del Sur y las islas adyacentes.
El gobierno español sobre el Virreinato del Río de la Plata concluyó en 1810 como resultado de la Revolución de Mayo y la siguiente Guerra de la Independencia. Argentina, desde ese momento, pasó a ser heredera de la soberanía española en las islas por el principio de derecho del Uti possidetis iuris.
En 1820 el gobierno de Buenos Aires envió la fragata Heroína a tomar posesión del archipiélago, izar la bandera argentina y reafirmar sus derechos en las Malvinas, como natural sucesor de los derechos de España. Esto sucedió en Puerto Soledad.
En 1833, Inglaterra ocupa las Islas Malvinas por la fuerza, ocupación ilegal que aun hoy continúa.
El contenido de esta nota está basada en una investigación publicada en X (anteriormente Twitter) por Facundo Rodríguez (@FacundoDRod)
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