La Mona Lisa, también llamada La Gioconda, es probablemente la obra más famosa de Leonardo Da Vinci. Llegó al Museo del Louvre en 1804 y allí permaneció más de un siglo exhibida sin sobresaltos.
Pero el 21 de agosto de 1911 todo cambió: la pintura desapareció por completo del museo parisino y puso en alerta a toda la ciudad. Al día siguiente, cuando el Louvre reabrió sus puertas, el espacio vacío donde debía estar el cuadro confirmaba lo impensado: la obra más conocida del mundo había sido robada.
La noticia ocupó las portadas de los diarios durante semanas. En un primer momento, ni los empleados ni las autoridades del museo entendían qué había pasado. Los lunes el Louvre permanecía cerrado, y era habitual que las obras se movieran para ser fotografiadas. Pero esta vez no se trataba de una confusión: la Mona Lisa había desaparecido para siempre… o al menos eso parecía.
El robo que hizo famosa a la Mona Lisa
La policía francesa inició una investigación que rápidamente llamó la atención en toda Europa occidental. Las teorías crecieron a un ritmo sorprendente: se habló de chantaje, de un posible reclamo por la falta de seguridad y hasta de un gesto artístico rebelde.
En esa confusión, como cuentan en National Geographic, dos nombres inesperados quedaron involucrados: el escritor Guillaume Apollinaire y el pintor Pablo Picasso fueron detenido e interrogados, famosos por estar implicados en un robo anterior y por sus denuncias contra la institución artística.
Con el paso de los meses, la desesperación aumentó. La Mona Lisa se volvió más famosa por su ausencia que por su presencia: aparecía reproducida en diarios, anuncios, afiches y hasta en películas inspiradas en el atraco.
La sorpresa llegó dos años después. El 12 de diciembre de 1913, un anticuario de Florencia avisó a la policía que un hombre quería venderle la pintura original. El cuadro estaba a más de 1.100 kilómetros de París, en la ciudad donde había vivido Da Vinci. El ladrón resultó ser Vincenzo Peruggia, un ex empleado del Louvre.
Tras su detención, Peruggia explicó que su objetivo era devolver la obra a Italia, convencido de que formaba parte de un conjunto de piezas que Napoleón robó de Italia. Antes de regresar a Francia, la pintura se expuso en Florencia, Roma y Milán, donde miles de personas hicieron fila para verla.
Su vuelta al Louvre, el 4 de enero de 1914, marcó el final del caso policial, aunque no de las teorías. En 1932 surgió una historia alternativa: el periodista Karl Decker aseguró que detrás del robo había un plan para vender copias falsas a coleccionistas. La versión nunca pudo comprobarse.
La Gioconda: los misterios detrás del retrato más famoso de Leonardo Da Vinci
Más allá del robo, la Mona Lisa es conocida por los enigmas que rodean a la figura retratada. Algunos de ellos generaron teorías que continúan debatidas por especialistas. Entre los interrogantes más curiosos se encuentran:
- ¿Sonríe realmente? Dependiendo de dónde se focalice la mirada, la expresión parece cambiar. El efecto se debe a la técnica con la que Da Vinci trabajó las sombras.
- ¿Era Lisa Gherardini? Se cree que el retrato representa a la esposa del comerciante florentino Francesco del Giocondo, de quien deriva el apodo "La Gioconda".
- ¿Oculta un embarazo? La postura, la posición de las manos y el tipo de vestimenta alimentan la teoría de que podría haber estado esperando un hijo.