A principios del siglo XX, el barrio de Flores fue escenario de una serie de construcciones majestuosas que dieron cuenta del poder económico de las familias aristocráticas de la época. Entre todas ellas, una de las más recordadas es el Palacio Miraflores, una suntuosa mansión rodeada de jardines que supo ser centro de reuniones sociales, fiestas y actos de beneficencia. Aunque el edificio fue demolido en 1945, su historia sigue viva gracias a las memorias del barrio y su importancia cultural.
Los dueños del Palacio Miraflores y sus vínculos con la historia argentina
El Palacio Miraflores fue construido por la familia Ortiz Basualdo, una de las más influyentes de Buenos Aires. Este linaje tenía lazos con figuras destacadas del pasado argentino, como Manuel Dorrego, protagonista de los primeros años de la política nacional, de quien descendía Ángela Dorrego Indart, esposa de Manuel Ortiz Basualdo, propietario de la casa.
La familia eligió el barrio de Flores para levantar su residencia de descanso. En aquella época, esta zona aún conservaba un aire semirrural, alejado del bullicio del centro porteño. El edificio, rodeado de una gran arboleda y jardines, fue concebido como un símbolo de refinamiento y elegancia.
Una mansión de estilo europeo con jardines deslumbrantes
El Palacio Miraflores se ubicaba en la manzana determinada por las actuales Rivadavia, Yerbal, Fray Luis Beltrán y Boyacá, y su diseño estaba inspirado en los palacetes europeos. Tenía amplias galerías, techos altos, vitrales coloridos y detalles ornamentales. Lo rodeaban jardines diseñados con cuidado, con fuentes, glorietas y senderos arbolados que lo hacían aún más llamativo. El arquitecto que lo creó fue el inglés Charles Ryder, quien también diseñó el Palacio Casey (actual Secretaría de Cultura de la Nación).
Dentro del edificio se destacaban grandes salones de recepciones y comedores, donde la familia organizaba frecuentes veladas musicales, cenas de gala y eventos benéficos destinados a instituciones del barrio. Muchas veces, el palacio abría sus puertas para causas solidarias o para recibir a autoridades, lo que lo convirtió en un verdadero centro de la vida social y cultural de la zona.
Las últimas décadas y la demolición del palacio
Durante la década de 1930, el barrio de Flores empezó a transformarse y muchas familias aristocráticas abandonaron sus antiguas casonas. El Palacio Miraflores no fue la excepción.
En 1920 el Palacio se transformó en el Club de Flores. Sus paredes también vieron nacer por esa época la Asociación Patriótica de San José de Flores y la Junta de Estudios Históricos. Finalmente, en 1945, el palacio fue demolido para dar paso a un nuevo desarrollo urbano. En su lugar, se construyó una serie de construcciones que hoy forman parte del paisaje cotidiano del barrio.
¿Qué hay hoy en el lugar del Palacio Miraflores?
Actualmente, en el predio donde se encontraba esta imponente mansión, no hay ningún elemento arquitectónico que la recuerde. Sin embargo, el Museo Barrio de Flores y distintas iniciativas vecinales han mantenido viva su memoria mediante fotografías, publicaciones y recorridos históricos.
El Palacio Miraflores es un ejemplo de cómo ciertos espacios de la ciudad, aunque ya no existan físicamente, siguen siendo parte del patrimonio cultural gracias al recuerdo colectivo. Su historia nos permite conocer mejor una etapa de Buenos Aires marcada por el esplendor arquitectónico, los vínculos con la historia patria y la vida social de la élite argentina.
Fotos de época: así era el Palacio Miraflores
