Quienes caminan por el centro de la Ciudad de Buenos Aires suelen pasar a diario por la Plaza de la República y observar, casi sin detenerse, el emblemático Obelisco. Este monumento se convirtió en un símbolo porteño, punto de encuentro en festejos, protestas y recorridos turísticos. Pero pocos saben que antes de su construcción, en ese mismo lugar, había una iglesia que marcó un momento clave en la historia argentina.
Tres datos sobre el Obelisco y su historia:
- Antes de su construcción, en el lugar funcionaba la Iglesia San Nicolás de Bari (siglo XVIII).
- El Obelisco fue inaugurado el 23 de mayo de 1936 y mide 67,5 metros.
- Su arquitecto fue Alberto Prebisch, una figura clave del modernismo argentino.
Antes del Obelisco: una iglesia con historia
El solar que hoy ocupa el Obelisco pertenecía, originalmente, a la Iglesia San Nicolás de Bari, una construcción de mediados del siglo XVIII. Este templo se destacaba por haber sido el lugar donde, en 1812, se izó por primera vez la bandera argentina en la ciudad de Buenos Aires. La decisión fue tomada por Manuel Belgrano, quien promovía el uso de los colores patrios en los espacios públicos.
La iglesia fue demolida en 1936 como parte del ambicioso plan de modernización urbana que incluía la apertura de la avenida 9 de Julio y la creación de la Plaza de la República. El lugar, entonces, quedó disponible para levantar una nueva estructura: el Obelisco.
El Obelisco: construcción, estilo y polémicas
La obra fue diseñada por el arquitecto argentino Alberto Prebisch e inaugurada el 23 de mayo de 1936, con motivo del cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires. Tiene 67,5 metros de altura y fue construido en tan solo 31 días, utilizando hormigón armado.
El estilo del Obelisco es racionalista, una corriente arquitectónica moderna que se caracteriza por su simplicidad, funcionalidad y ausencia de ornamentos. Esta estética provocó opiniones divididas desde el comienzo: hubo quienes lo consideraron una muestra de progreso y otros que lo criticaron por su apariencia.
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Durante sus primeros años, incluso, se intentó demolerlo. Pero con el tiempo, el monumento fue ganando protagonismo en la vida social y cultural porteña hasta convertirse en un ícono indiscutido de la ciudad.
El Obelisco hoy: un símbolo vivo de Buenos Aires
Ubicado en el cruce de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, el Obelisco marca el corazón de la ciudad. Desde su base se puede acceder, en ocasiones especiales, a una escalera interna con 206 escalones que conduce hasta una pequeña ventana en la punta.
Además, su entorno fue escenario de numerosos eventos históricos: desde actos políticos y celebraciones deportivas hasta intervenciones artísticas y culturales.
