El Niño de Taung es el nombre con el que se conoce al fósil de un cráneo infantil de Australopithecus africanus de 2,5 millones de años de antigüedad. Fue encontrado en Taung, Sudáfrica, en el año 1924. El crédito es de Josephine Salmons, quien lo descubrió luego de extraerlo de la roca en la que se encontraba incrustado.
Los primeros molares del niño de Taung acababan de empezar a salir a través de la encía y hacerse visibles como dientes, lo que indica que la mandíbula fosilizada pertenecía a un niño. Un análisis más detallado del desarrollo dental, la formación de la corona y la longitud de la raíz estimó que la edad del niño en el momento de su muerte era de unos 3,3 años.
¿Por qué fue tan importante el Niño de Taung?
El cráneo de este niño de 3 años encontrado en 1924 fue uno de los primeros fósiles humanos tempranos hallados en África. Además, fue el primer descubrimiento de fósiles humanos tempranos que llamó la atención sobre esta región como lugar de origen del árbol genealógico humano.
Sin embargo, los prejuicios del momento persistían. Se sumaba además una intensa negación colectiva por parte de las personas blancas que estudiaban fósiles respecto a la posibilidad de tener un origen en común con las poblaciones negras de África -dignadas inferiores o subdesarrolladas en comparación a ellos mismos-.
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Tuvieron que pasar más de 20 años para que los científicos aceptaran la importancia de África como fuente principal de la evolución humana. Sin embargo, el Niño de Taung ya había hecho un primer quiebre en esta cosmovisión racista que reinaba la antropología.
Una segunda razón por la que el Niño de Taung fue un descubrimiento crucial fue por su anatomía fosilizada. Esta representó la primera vez que los investigadores vieron pruebas de la marcha erguida y bípeda de los primeros humanos. La prueba era la posición del foramen magnum del Niño de Taung, es decir, el orificio a través del cual la médula espinal se conecta con el cerebro. Este orificio estaba situado hacia la parte delantera del cráneo del Niño de Taung, una característica asociada a la locomoción bípeda.
La adaptación bípeda permite que la cabeza se mantenga en equilibrio encima del cuello; mientras que, por el contrario, un simio cuadrúpedo tiene el foramen magnum situado hacia la parte posterior de la cabeza para mantener los ojos mirando hacia delante (y no hacia abajo) cuando se mueve.