A fines del siglo XIX, la competencia entre las grandes navieras británicas era intensa. La White Star Line, una de las compañías más prestigiosas del mundo, decidió construir un barco que superara a todos los existentes en tamaño, lujo y tecnología. Así nació el RMS Oceanic, cuya construcción comenzó en 1897 en los astilleros Harland and Wolff, en Belfast (Irlanda del Norte).
El barco fue botado el 14 de enero de 1899 y representó un salto monumental para la ingeniería naval de su tiempo. Con 215 metros de largo y 21 metros de ancho, el RMS Oceanic fue el barco de pasajeros más grande del siglo XIX. Su tamaño superaba en más de 17 metros al del RMS Campania, considerado hasta entonces el más imponente del Atlántico.
Diseñado para combinar potencia, elegancia y seguridad, el Oceanic podía alcanzar una velocidad promedio de 19 nudos (35 km/h) gracias a sus dos motores de vapor de 28.000 caballos de fuerza. Además, contaba con espacio para 1.700 pasajeros y una tripulación de 350 personas, distribuidos en tres clases bien diferenciadas.
RMS Oceanic: lujo, tecnología y viajes memorables
El RMS Oceanic fue una verdadera ciudad flotante. Su interior estaba decorado con maderas nobles, alfombras orientales, lámparas de bronce y amplios salones inspirados en los grandes hoteles de Londres. La compañía lo presentó como “el barco más hermoso del mundo”, y pronto se convirtió en un símbolo del progreso británico.
Durante sus primeros años de servicio, el Oceanic cubrió la ruta Liverpool–Nueva York, transportando tanto a viajeros de lujo como a inmigrantes europeos que soñaban con una nueva vida en América.
Además, fue uno de los primeros barcos equipados con telegrafía Marconi, un sistema revolucionario que permitía comunicarse por radio a largas distancias. Este avance resultaría crucial años más tarde para otros buques de la misma compañía, como el RMS Titanic, que se inspiró en el diseño del Oceanic.
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Datos destacados del RMS Oceanic
- Año de construcción: 1899.
- Eslora: 215 metros.
- Capacidad: 1.700 pasajeros y 350 tripulantes.
- Velocidad máxima: 19 nudos (35 km/h).
- Constructor: Harland and Wolff, Belfast.
- Compañía: White Star Line.
El hundimiento del RMS Oceanic y su legado histórico
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, el RMS Oceanic fue requisado por la Royal Navy y convertido en un crucero auxiliar armado. Su misión era patrullar las aguas del Atlántico Norte y proteger las rutas comerciales británicas.
Sin embargo, su destino cambió drásticamente el 8 de septiembre de 1914. Mientras navegaba cerca de la isla de Foula, en el archipiélago de Shetland (Escocia), el RMS Oceanic encalló debido a un error de navegación. El impacto destrozó su casco, y aunque toda la tripulación logró ser rescatada, el barco quedó irremediablemente perdido.
Los restos del RMS Oceanic permanecieron visibles durante varios años, hasta que las olas del Atlántico terminaron por desintegrar gran parte de su estructura. Hoy, sus fragmentos descansan bajo el mar, a unos 130 kilómetros al oeste de las islas Orcadas, y son visitados ocasionalmente por expediciones de buceo histórico.
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Un precursor del Titanic y un símbolo de su época
El RMS Oceanic fue mucho más que un barco. Representó el inicio de una nueva era en la historia de la navegación y sirvió como modelo para los futuros RMS Olympic, Titanic y Britannic, los transatlánticos más famosos de la White Star Line.
Su legado vive no solo en los registros marítimos, sino también en la memoria de una época en la que la humanidad comenzaba a dominar los océanos con elegancia y ambición.
A más de un siglo de su hundimiento, el RMS Oceanic sigue siendo un ícono del siglo XIX: un coloso de hierro y vapor que simbolizó el poder, el ingenio y los sueños de un mundo que se lanzaba al mar en busca de nuevos horizontes.