Santa Isabel es el nombre de un barco español de inmigrantes que brindó servicio de traslado de correo y de pasajeros, dentro de España, entre los años 1915 y 1921.
Si bien no tenía la potencia y el tamaño para cruzar el océano Atlántico, sí recibió a miles de inmigrantes que necesitaban viajar de una punta a otra de España, para llegar a un puerto donde partían los trasatlánticos.
Por lo tanto, cumplió un rol fundamental durante los pocos años que estuvo en servicio. Lamentablemente, se accidentó en una noche de tormenta y, como consecuencia del choque, cientos de personas perdieron la vida.
¿Cuándo se estrenó el barco español Santa Isabel?
La construcción del barco español Santa Isabel comenzó el 28 de octubre de 1914 y finalizó muy pronto, ya que su inauguración tuvo lugar el 26 de agosto de 1915.
A partir de la fecha mencionada, este navío, de la Compañía Transatlántica Española, comenzó a viajar entre el norte y el sur de España, para conectar varios puertos con salida directa al océano Atlántico.
De esta manera, sus servicios se completaron en total normalidad, hasta que llegó su último y fatídico viaje, en la madrugada del 2 de enero de 1921.
¿Qué características tenía el barco español Santa Isabel?
Antes de narrar en detalle lo que ocurrió la noche en la que el barco español Santa Isabel se hundió, es relevante explicar sus principales características. En síntesis, tenía:
- 86 metros de longitud.
- 12 metros de ancho.
- La capacidad de trasladar un máximo de 524 personas.
- Un motor a vapor impulsado por dos hélices de cuatro palas, que le permitían viajar a una velocidad máxima de 26 km/h.
- Velas, que aprovechaban el viento y permitían lograr un ahorro de carbón.
- 40 literas en primera clase, 16 en segunda y 400 en tercera.
¿Cómo ocurrió su naufragio?
El naufragio del barco español Santa Isabel ocurrió en la madrugada del 2 de enero de 1921, frente a la costa de la ciudad de Villagarcía de Arosa, poco tiempo después de iniciar un viaje rumbo a Cádiz.
Debido a las condiciones del viaje nocturno, en medio de una tormenta, el capitán Esteban García Muñiz no pudo evitar chocar contra uno de los acantilados de la Ría de Arousa, a 200 metros de la isla de Sálvora.
Luego del impacto, todo ocurrió de inmediato. El casco se rompió, el buque volcó y el agua se filtró en el interior y las 269 personas que viajaban a bordo (185 pasajeros y 84 tripulantes) empezaron a luchar por sobrevivir.
A pesar de la existencia de diez botes salvavidas, entre los que había una lancha a vapor de 8,5 metros de longitud, el naufragio del barco español Santa Isabel tuvo un total de 213 fallecidos.
Cabe destacar que el alto número de accidentes fatales se debió a la escasa ayuda que recibió el navío, como consecuencia de las condiciones climáticas, el desconocimiento de su ubicación y su incomunicación. El último mensaje que su capitán logró enviar después del impacto fue: “Estamos encima de las rocas de Sál…”
¿Quiénes fueron las Heroínas de Sálvora y cuál fue su vínculo con el barco español Santa Isabel?
Aunque solamente 56 pasajeros del barco español Santa Isabel sobrevivieron a la tragedia, la cifra podría haber sido mucho menor si no ocurrían dos acciones heroicas.
En primer lugar, la caldera del buque no explotó gracias a que dos integrantes de la tripulación lograron, en pleno hundimiento, ingresar a la sala de máquinas y reducir la presión de la misma, mediante la apertura de las válvulas de seguridad. Ellos perdieron la vida por la decisión tomada, pero salvaron a decenas de personas.
Y, por otro lado, el navío llegó a recibir la asistencia de tres embarcaciones pequeñas. En una de ellas viajaban María Fernández Oujo, Josefa Parada y Cipriana Oujo Maneiro, de 14, 16 y 24 años respectivamente.
A pesar de su corta edad y del complejo panorama, el trío logró completar numerosos viajes de rescate. En total salvaron a 20 personas del Santa Isabel. Es decir, a más del 30% de los sobrevivientes.
Así, con el paso de los años, recibieron el apodo de “Heroínas de Sálvora” por su valentía y responsabilidad.
