Es común, en Argentina, aplaudir en la playa cuando se pierde un niño. Pasa que el balneario es de los espacios más propicios para este tipo de inconvenientes: está lleno de personas, las familias con chicos abundan y los niños corren de acá para allá.
La idea es aplaudir para para llamar la atención de la gente y así ubicar a los padres. Billiken te cuenta todo sobre esta costumbre.
¿Qué se hace en Argentina cuando se pierde un niño en la playa?
Entre el resplandor del sol, el ir y venir de las olas, el movimiento del viento y los cánticos de los vendedores ambulantes, aparece una escena pequeña, fuera de lo común, que pasa casi desapercibida: la de una niña o niño llorando solo, sin mucha señal de estar acompañado por un mayor.
Basta con que una persona lo note para que empiece el show multitudinario que es costumbre en Argentina: aplaudir en la playa.
La persona que notó la soledad del niño o niña se acerca y le pregunta si perdió a sus papás. Si recibe una respuesta positiva, procede a cargarlo sobre sus hombros -para que pueda ser visto por la mayor cantidad de gente posible- y aplaudir, instando a los demás a hacerlo también.
La gente ya saben que hacer: de repente toda la playa está haciendo ruido con las palmas. ¿Cuándo se detienen los aplausos? Solo cuando aparece de repente y a paso apurado el adulto responsable del chico o chica.
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¿Por qué aplaudir en la playa ayuda a localizar chicos perdidos?
La playa debe ser de los lugares con mayor cantidad de estímulos sensoriales de nuestro planeta. Por lo menos en un día después de las 4 de la tarde durante la temporada alta. Quebrar ese panorama y lograr llamar la atención de los presentes es algo que pocos pueden hacer.
Entonces, ¿cómo lograrlo para devolver a un niño a su familia? Fácil: un aplauso multitudinario. Es fácil de entender, fácil de replicar, de rápida acción y llega a mucha gente en poco tiempo.
Para un momento así, se necesita una herramienta que funcione exactamente de esa forma. Aplaudir en la playa ayuda a acortar ese tiempo durante el cual el niño a quien se le perdió su adulto, su guía, atraviesa las sensaciones más devastadoras mientras sienten que están solos en el mundo.